Impresiones jugables | DiRT Rally (PlayStation VR)

Impresiones jugables | DiRT Rally (PlayStation VR)

21 febrero 2017 0 Por Alejandro Altaber

Casi un año después de su lanzamiento oficial en consolas, Codemasters lanza un incentivo más que interesante para volver a las pistas de DiRT Rally: un modo para realidad virtual en PlayStation VR.

Tras un largo periodo en Early Access y teniendo en cuenta las opiniones y recomendaciones de los jugadores, Codemasters consiguió reconducir el género de los simuladores de conducción y rallies con DiRT Rally, una magnífica entrega a la par que complicada de controlar en el terreno jugable que se llevó en su análisis para RegionPS una nota de 8,9, rozando prácticamente la perfección en muchos aspectos.

Para todos los interesados en probar DiRT Rally en su versión para PlayStation VR, cabe decir que estamos ante el mismo juego y las mismas posibilidades a nivel de modalidades, categorías, circuitos, coches, etc.  En resumidas cuentas, todo el contenido original pero ahora a través del casco de realidad virtual. Eso sí, para poder acceder al modo VR tenemos que adquirir un DLC a través de PlayStation Store a un precio de 12,99€. Si por el contrario no somos poseedores del título, Kochmedia acaba de publicar en tiendas la denominada DiRT Rally PLUS VR, una edición completa que incorpora dicho modo VR por un precio de 39,99€.

Como hemos comentado, todo el contenido original de DiRT Rally es jugable a través de PlayStation VR. Incluso ciertos cambios climáticos como la lluvia se mantienen presentes en esta modalidad, afectando al manejo del vehículo haciendo aun más complicada la conducción. Y antes de entrar en la propia experiencia y las impresiones jugables, cabe destacar que además de permitir conducir por cualquier alucinante prueba de rally, rallycross o de montaña con soporte completo de VR, la actualización de DiRT Rally incorpora el nuevo Modo Copiloto Cooperativo a las secciones de rally del juego. Esta nueva característica permite que un segundo jugador se incorpore a la acción del juego al poder dar las instrucciones de paso, al piloto desde la pantalla social, a través de los botones y el panel táctil del Dualshock 4. Al igual que en la vida real, la labor del copiloto, los tiempos y la precisión son vitales para completar el tramo de carrera de la mejor forma posible en el juego.

Adaptar un juego no gestado originalmente para la realidad virtual es un proceso sumamente complicado, y si a esto le añades las limitaciones técnicas y recortes gráficos que casi todas las propuestas sufren al pasar a PlayStation VR, todavía es más difícil para los desarrolladores. Como se ha comentado en multitud de ocasiones, todo juego que llega a PlayStation VR debe reunir unas características mínimas de rendimiento y tasa de latencia para seguir el movimiento del casco, y tras probarlo durante unas cuantas horas, podemos decir que Codemasters ha realizado un gran trabajo. Es cierto que gráficamente DiRT Rally no era demasiado exigente en consolas, pero sorprende lo bien que aguanta el tipo y el acabado que tiene el título en su modo VR. No mantiene la resolución nativa y la imagen no se ve del todo nítida, pero en comparación con otros productos ya disponibles en el mercado, se comporta y funciona bastante mejor que Driveclub VR, cuyo port a la realidad virtual dejaba bastante que desear en términos técnicos.

Las cabinas de los coches están recreadas a un buen nivel de detalle y es fácil seguir la información de los distintos indicadores  del salpicadero, pero el principal problema llega cuando giramos la cabeza y miramos a la parte trasera del vehículo. Como las cámaras internas de DiRT Rally no fueron pensadas para la realidad virtual, los desarrolladores solo crearon la mitad del habitáculo, es decir, al poder mover la cabeza libremente en el asiento y mirar hacia atrás, encontramos claramente que no existe dicha zona del coche. Un detalle bastante feo en lo que se refiere a la inmersión y experiencia en realidad virtual, pero se llega a obviar di centramos la atención en la verdaderamente importante, la carretera.

Crear toda la parte trasera de cada vehículo hubiera sido todo un quebradero de cabeza para los desarrolladores y quizás esto también hubiese provocado problemas de rendimiento para alcanzar las imágenes por segundo solicitadas para obtener el certificado y sacar adelante este contenido para PlayStation VR. Otra gran duda en los usuarios antes de aventurarse a probar todo juego en realidad virtual son los mareos. Ese gran miedo que persigue a todos los poseedores del casco de Sony y que tampoco pasan inadvertidos en DiRT Rally, no por problemas de diseño, sino por la propia naturaleza del juego.

Controlar el coche y salir airoso en cada trazado o pista de DiRT Rally es un sufrimiento manejando un Dualshock 4, y en realidad virtual, los posibles accidentes o salidas de pista tienen sus consecuencias en forma de pequeños mareos o malestar después de una buena sesión de juego, alguna que otra vuelta de campana o paseos por los prados. Eso sí, si somos hábiles y finalizamos la etapa sin demasiados inconvenientes, la experiencia es una auténtica pasada que demuestra el enorme potencial de la realidad virtual para sentirte como un verdadero piloto de rallies.

Todo aquel que ha logrado sobrevivir a Resident Evil 7 en PlayStation VR debería dar una oportunidad y disfrutar de unas carreras en VR en DiRT Rally. Quizás Codemasters ha establecido un precio demasiado elevado, pero una vez te pones el casco y coges el volante, sabes que ha merecido la pea probar esta experiencia gracias a la gran labor que ha realizado el equipo para este contenido. Para finalizar y como consejo para principiantes por si compráis la edición completa DiRT Rally PLUS VR, es mejor echar unas carreras en la versión normal para practicar el complicado sistema de control sino queréis saliros de pista constantemente y pasar un mal rato con PlayStation VR.