Análisis | Inner Ashes
20 julio 2023Analizamos Inner Ashes, la propuesta de Calathea Game Studio que visibiliza el Alzheimer.
Los videojuegos son una excelente ventana para poner voz al silencio y mostrar al mundo temas que, a menudo, son motivo de estigma social. Juegos como Celeste (Matt Makes Games), Sea of Solitude, Treasure Rangers (Relevo), Hellblade: Senua’s Sacrifice (Ninja Theory) o Concrete Genie (PixelOpus) ponen sobre la mesa realidades con las que deben convivir miles de personas, como pueden ser el bulling, la esquizofrenia o la depresión. Estas líneas las dedicaremos a analizar Inner Ashes, un juego que busca dar visibilidad la demencia y que ha sido desarrollado por el estudio español Calathea Game Studio bajo la iniciativa PlayStation Talents y publicado por Selecta Play.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, cada tres segundos se diagnostica un nuevo caso de demencia en el mundo. En nuestro territorio, cerca de un millón de personas padecían algún tipo de demencia en 2018 y se pronostica que, a mediados de siglo, casi un 4% de la población será diagnosticada con esta enfermedad que conlleva un deterioro cognitivo gradual que afecta al desempeño de actividades diarias además de afectar a la memoria, el lenguaje hasta el razonamiento. Una terrible enfermedad para quien la padece pero que también la sufren cuidadores y familiares que ven como la llama interior de sus seres queridos se va atenuando irremediablemente.
La obra del estudio madrileño aborda la demencia, concretamente el Alzheimer, mediante una emotiva historia a través de la cual el jugador podrá experimentar cómo afecta la enfermedad a la persona y también a sus recuerdos a través de Henry, un guarda forestal de mediana edad diagnosticado de Alzheimer de inicio temprano, que trata de lidiar con la enfermedad mientras se embarca en un viaje a través de su mente para tratar de recordar fragmentos de su pasado que girarán alrededor del distanciamiento de su hija Enid.
María Luisa Delgado, doctora en psicología y especialista en envejecimiento y enfermedades neurodegenerativas, además de profesora de la Universidad Complutense de Madrid ha podido colaborar a lo largo del desarrollo del título, de forma que la enfermedad y sus síntomas se han podido trasladar al juego adecuadamente de forma que el jugador pueda ponerse en la piel de su protagonista y experimentar algunas limitaciones propias de la enfermedad, tanto de forma explícita como de forma más sutil mediante simbología y sensaciones mientras juega.
Inner Ashes se desarrolla en dos espacios muy bien diferenciados. Por un lado, la casa donde vive Henry, una planta baja que se resume en un recibidor, una sala de estar y una cocina. En este plano no hay mucha variación ya que de algún modo representa la zona de confort de nuestro protagonista. Un lugar seguro y conocido que podremos explorar y descubrir que algunos objetos van acompañados de pequeños post-it con anotaciones de diferente índole y que suelen usarse en terapia con pacientes reales. Conoceremos detalles de la vida de Henry, como su trabajo como guardia forestal junto a su compañero Joseph o que, por algún motivo que desconocemos, se distanció de su hija Enid. Averiguar el motivo de su separación será el objetivo principal de la propuesta y para ello tendremos que recurrir a los viajes introspectivos a través de la mente de Henry, accediendo cada vez desde un álbum de recuerdos que le regaló su hija.
Los niveles a través de la memoria de nuestro protagonista son variados y muy estimulantes. Henry abandona la seguridad que le proporciona su hogar para adentrarse hacia lo desconocido con el fin de explorar los recuerdos difusos en busca de respuestas. Los escenarios aquí son vibrantes, llenos de color y pinceladas oníricas que no acaban de alejarse de la realidad, pues encontraremos elementos conocidos para nuestro protagonista, como su lugar de trabajo.
El juego presenta un total de ocho niveles donde predominan los puzles de resolución sencilla y que encajan perfectamente con el tono y temática del título. Deciros que están perfectamente integrados y que, de forma muy acertada, aportan valor al gameplay en forma de información sobre la enfermedad, permitiendo al jugador experimentar en sus carnes parte de los síntomas a nivel jugable.
Recuerdo estar buscando unas piezas que me ayudarían a resolver un puzle y adentrarme en unas cuevas que, a priori, no parecían muy intricadas, sin embargo, a medida que fui avanzando, me encontré con varias bifurcaciones que me llevaron a tomar caminos distintos. Tras varios intentos buscando una salida llegó el punto en el que me sentí totalmente desubicada y perdida en un símil a cómo debe sentirse una persona con Alzheimer en su día día. Poco después me di cuenta de que las galerías están iluminadas con cristales de colores de tonos relajantes que sirven de guía y ayudan a ubicarnos. Un detalle que se utiliza en personas que sufren de este tipo demencia, pues el color se convierte en una herramienta que mejora la visibilidad del entorno y facilita la orientación.
Esta sensación de incomodidad por no poder recordar una secuencia de un puzle o simplemente por recorrer pasillos sin un objetivo concreto es algo que se extiende también fuera de los niveles oníricos. Detalles tan cotidianos como preparase una taza de café puede convertirse en una Odisea ya que Henry no recordará haber llenado la taza. Y es que la enfermedad deteriora la capacidad cerebral a la hora de registrar nueva información. Cada vez que el enfermo hace una acción es como si realmente fuese la primera vez. Conforme avancemos en la partida cada vez será más palpable el deterioro de nuestro protagonista. Si bien los primeros compases del juego vemos a un Henry alegre y parlanchín, en los niveles finales éste se torna cada vez más callado e incluso a nivel jugable seremos testigos de la pérdida de algunas habilidades como tallar madera. Son muchos los momentos en los que el juego nos transmite parte de los efectos de la enfermedad, desde la desorientación, la alteración sensorial hasta la soledad. Es imposible no empatizar con el protagonista y sentir cierta congoja al ver cómo se va apagando.
Inner Ashes hace gala de un apartado visual en el que se diferencian tres estilos diferentes que dotan la propuesta de personalidad propia y no solo a nivel artístico sino también en cuanto a su arquitectura. El escenario de la casa del protagonista apuesta por un estilo realístico con acabados en 3D y una iluminación cálida que evoca el bienestar y la seguridad del hogar. Mientras que los viajes oníricos a través de la mente de Henry son vibrantes, pero también oscuros en un símil a los vacíos mentales propios de la enfermedad. Finalmente, la historia se cuenta a través de imágenes estáticas de estilo cómic.
El apartado de sonido es brillante desde la partitura que nos acompañará en todo momento y que nos empaparán de melancolía, hasta las actuaciones de voz de los personajes, en especial la de nuestro protagonista interpretado por Kiko Béjar.
Inner Ashes es una propuesta ambiciosa a la par que sólida. La ópera prima del equipo Calathea Game Studio es brillante en todos sus apartados y excepcional en sus mecánicas en conjunción a la temática que aborda el juego. Es capaz de transmitir emociones logrando que el jugador empatice con el protagonista y comprenda algunas de las limitaciones y consecuencias que afectan directamente al enfermo como a la familia y cuidadores de forma respetuosa.
Una experiencia necesaria e inolvidable.
Inner Ashes
14,99€ Pros
- Jugabilidad y narrativa encajan perfectamente
- Actuación de voz de los personajes
- Documentación e investigación sobre la enfermedad
- Mecánicas ligadas a la enfermedad
Cons
- Nada negativo a destacar
