Análisis | A Pretty Odd Bunny

Analizamos A Pretty Odd Bunny, un juego de plataformas que detrás de su adorable diseño se esconden macabras intenciones. ¡Ñaaaam!

¿Os imagináis a un lindo conejito alérgico a las zanahorias que devora adorables cerditos rechonchos? Imposible, ¿verdad? Bueno, quizá no tanto. Así es A Pretty Odd Bunny, la propuesta independiente venezolana de 2Awesome Studio a la que vimos por primera vez para web en 2005 y más tarde pudimos ver un adelanto del remake durante el Steam Game Festival celebrado el pasado mes de febrero. Su divertida estética y original premisa nos llamó especialmente la atención, motivo por el cual, no quisimos perder la oportunidad de entrevistar a A. J. Ordaz, la cabeza pensante detrás del proyecto que nació, según nos relató, como un desafío que aunara todo aquello que le gustaba de los juegos indie del momento. Fácil de jugar, pero con una dificultad que fuera siempre in crescendo a medida que el jugador avanzara a través de los niveles.

Tras varios meses de espera, por fin podemos catar la versión final del juego que además de llegar para múltiples plataformas, viene cargado de novedades respecto a la versión original de 2005. ¿Habrá merecido la espera? ¡Os lo contamos!

A Pretty Odd Bunny es una aventura plataformera de sigilo en 2D que nos pondrá en la piel de un adorable conejito blanco cuya mirada de rubí delata su afición por la carne de cerdo. Mediante unas sencillas mecánicas como saltar o agacharse para desplazarnos en modo sigilo, los jugadores tendremos que recorrer los escenarios hasta llegar al cerdito al final de nivel sin que nuestros congéneres lepóridos se percaten de nuestras preferencias a la hora de hincar el diente. Si además si eres un jugador completista al que le gusta recolectar todos los objetos, estás de enhorabuena. A Pretty Odd Bunny no solo añade dificultad mediante un diseño de niveles cada vez más complejo si no que tendremos oportunidad de coleccionar monedas que por norma general estarán localizadas en zonas de difícil acceso. Hacernos con ellas en cada nivel nos dará la oportunidad de desbloquear un modo contrarreloj en el que tendremos que conseguir el máximo de tiras de beicon antes de que termine el tiempo.

Como os adelantábamos, A Pretty Odd Bunny es un juego cuya dificultad va en aumento de forma progresiva a través de ochenta niveles y cuatro áreas totalmente distintas como Ciudad Conejo o El Subterráneo, no es excesivamente difícil, pues mantiene unas mecánicas sencillas a lo largo de la partida, no obstante, nos penalizarán si nuestros congéneres nos descubren, si caemos al vacío o incluso si tocamos zanahorias —a nuestro conejito le brotará un sarpullido a causa de su alergia— y tendremos que volver a empezar desde el principio. Para evitar que nos descubran podremos usar el entorno y escondernos detrás de arbustos o troncos, aunque a veces tan solo tendremos que estar pendientes de no estar dentro del campo de visión de los conejos o pasar detrás de ellos silenciosamente. Aunque no serán los únicos retos a los que tendremos que hacer frente.

A Pretty Odd Bunny es un juego muy colorido, con un diseño atractivo que llama su atención por su estilo adorable —no os fieis—. Los efectos de sonidos, aunque sencillos, y la banda sonora acompañan perfectamente el tono general del juego convirtiéndose en una propuesta bastante interesante a la par que entretenida.

Un conejo alérgico a las zanahorias que come cerdos. Bajo esta premisa A Pretty Odd Bunny se convierte en una propuesta de lo más divertida. Lo pasarás en grande recorriendo sus coloridos escenarios mientras huyes de la mirada de tus congéneres hasta alcanzar el ansiado bocado. Además, su ajustada curva de dificultad es perfecta para jugarlo en familia, pero también es ideal para aquellos jugadores que buscan plataformas exigentes.

A Pretty Odd Bunny

4,99€

7.5

Historia

7.0/10

Jugabilidad

8.5/10

Gráficos

7.0/10

Sonido

7.0/10

Diversión/Duración

8.0/10

Pros

• Plataformas muy divertidas
• Colorido y brillante
• Dificultad

Cons

• No hay nada negativo a destacar, salvo que algunos saltos pueden llegar a ser frustrantes