Análisis | Chronos: Before the Ashes

Análisis | Chronos: Before the Ashes

2 diciembre 2020 0 Por Alejandro Altaber

Gunfire Games aprovecha el excelente tirón de Remnant: From the Ashes para adaptar a consolas una precuela donde el paso del tiempo juego en papel fundamental.

 

Ficha Técnica

  • Título: Chronos: Before the Ashes
  • Desarrollador: Gunfire Games
  • Editora: THQ Nordic
  • Distribuidor: THQ Nordic
  • Número de Jugadores: 1
  • Plataformas: PlayStation 4, Xbox One, Switch y PC
  • PEGI: +16
  • Fecha de salida: 1 de diciembre
  • Idioma: Voces y textos en español
  • Género: Aventura, Acción, RPG

 

Las producciones AA o de presupuesto medio son esenciales para el correcto funcionamiento de la industria del videojuego. A lo largo de todo un año y generación deben aprender a convivir los gigantescos proyectos de las principales editoras junto a títulos de estudios independientes y empresas con recursos más limitados.

Quizás THQ Nordic no entra en el patrón del último caso ya que tiene decenas de juegos en desarrollo y no deja de adquirir nuevos equipos desde hace un tiempo, sin embargo, prácticamente todas sus creaciones si responden al grupo de los llamados AA, donde Gunfire Games se ha convertido en una de las compañías más prometedoras y mejor estado de forma que existen a día de hoy.

Cuando nadie tenía ninguna esperanza por el regreso y continuación de la saga Darksiders, THQ Nordic tomó los derechos y apostó por Gunfire Games para el desarrollo de una tercera entrega. El resultado fue más que notable y seguramente veamos un cuarto capítulo en el futuro, sin embargo el estudio siguió su camino con el lanzamiento de Remnant: From the Ashes, una de las grandes sorpresas de 2019 y que ha logrado vender ya más de 2,5 millones de unidades desde su salida, que tomaba las mecánicas de los ‘souls-like’ llevándolas al shooter en tercera persona, presentando una historia y jugabilidad a la altura de los grandes del género.

Asimismo, fue potenciando la aventura mediante dos expansiones narrativas descargables a la vez que afrontaba el desarrollo del título que hoy nos ocupa, Chronos: Before the Ashes, una adaptación del proyecto original para realidad virtual publicado en 2016 para la plataforma Oculus, que ahora ha sido readaptado a consolas tradicionales sirviendo como precuela argumental de Remnant: From the Ashes.

Como decimos, Chronos: Before the Ashes sirve para conocer el comienzo de los acontecimientos sucedidos en la obra lanzada el pasado año, narrando la vida de aventuras de un héroe por salvar su hogar de un terrible mal. Todo arranca con una grata secuencia de introducción donde explican nuestro esencial papel como protagonistas del transcurso de una historia que se alarga durante unas 10-12 horas, cifra inferior a Remnant pero hilada y contada con maestría, además de buen ritmo y equilibrio entre combates, puzles y exploración.

Desde los primeros minutos se evidencian los humildes orígenes de juego que debutó hace cuatro años como exclusiva del dispositivo de realidad virtual de Oculus, si bien sus mecánicas cercanas al ‘Souls-like’ ya estaban establecidas por aquel entonces. Pero sin lugar a dudas destaca una característica única que jamás habíamos visto en un videojuego, el envejecimiento progresivo con afectación directa a los atributos y estadísticas del personaje.

Cada vez que el héroe muere, envejece un año, comenzando siendo un joven, ágil y rápido, y terminando siendo más sabio y diestro en el uso de la magia.  Ganaremos en inteligencia, fuerza y poder a medida que exploras las profundidades del misterioso laberinto, pero avanzar por el dédalo tiene un alto precio y la velocidad de dicha evolución depende de las veces que caigamos en combate durante todo el juego. Asimismo, al cumplir décadas a partir de los 20 años se desbloquean talentos únicos que potencian parámetros específicos no disponibles en la progresión lineal.

Al principio nos daremos cuenta de que aumentar el nivel es realmente sencillo y rápido, incluso se puede acelerar todavía más escogiendo una mejora concreta a los 20 años de edad. Aquí lo más importante es centrarse en la fuerza, defensa y vitalidad, pues si después morimos y tenemos más edad el coste de dichos atributos se encarece y sale rentable focalizarse en el conocimiento y las artes arcanas.

Es un sistema de riesgo y beneficio bastante bien elaborado y justo que cabe controlar con cuidado para no descuidar ciertas estadísticas, pues con el paso del tiempo el problema puede ser irreparable. De la misma forma, os damos ese consejo ya que a diferencia de otros RPG de acción, los ‘frescos de salud’ son bastante limitados e ir recuperando la barra de vida se vuelve peliagudo en ciertas ocasiones, salvo que por suerte subamos de nivel en el momento más oportuno y se active la recuperación completa.

Al igual que en Remnant: From the Ashes, la aventura se divide en cuatro grandes zonas a las que podemos viajar empleando la Piedra del Mundo, elemento que repite como factor clave para el traslado entre lugares.  Tras la escena a modo de prólogo y alcanzar el primer escenario, iremos avanzando sin ningún tipo de dirección o pista, solo las dotes exploratorias mientras derrotamos enemigos, desbloqueamos atajos para movernos con mayor facilidad y resolviendo multitud de rompecabezas, los cuales son el pilar más entretenido de  Chronos: Before the Ashes.

Gunfire Games ya demostró en Darksiders III su talante a la hora de implementar secciones de puzles, algo que ahora no sorprende pues anteriormente habían hecho lo propio en Chronos. Durante toda la experiencia, pero sobre todo en las secciones finales, hay rompecabezas que destilan un asombroso ingenio, jugando a la perfección con la combinación de objetos y ofreciendo un reto tan desafiante como original.  De hecho, hay ciertas tareas opcionales que guardan jugosas recompensas si somos lo suficientemente avispados para resolverlos, recordando muchísimo al mazmorreo y exploración de la saga The Legend of Zelda. En este aspecto, Chronos: Before the Ashes nos ha ganado con creces y esperemos que sigan implementándolos con la misma destreza en sus futuros trabajos.

En el combate no funciona todo lo bien que esperábamos teniendo en cuenta las anteriores propuestas del estudio. Darksiders III era una buena mezcla entre hack and slash y jugabilidad cercana a los ‘Souls’, mientras que Remnant: From the Ashes tomaba esas mismas mecánicas pero llevándolas al shooter en tercera persona con un ameno ‘gunplay’. Chronos: Before the Ashes, derivado del anteriormente citado y siguiendo la tendencia a modo de precuela, sigue un planteamiento más medieval, orientado a los enfrentamientos a corta a distancia con armas cuerpo a cuerpo.

Espadas, lanzas, hachas o mazas a modo de ataque, y el clásico escudo como elemento defensivo. Más o menos la estela de cualquier otro título del género, pero sin destacar en ningún aspecto,  presentando limitaciones y simplificando las batallas hasta el extremo. El mapeado de botones, interfaz, movimientos y recursos son casi un calco, con esquivas, bloqueos, magias y enemigos de múltiples tipos, no obstante las animaciones del héroe son lentas y toscas, faltando mucha fluidez en los desplazamientos a la hora de enlazar golpes.

Eso no quita que el diseño de escenarios y enemigos sea básico, ni mucho menos, solo que se manifiestan las restricciones presupuestarias pues seguramente Gunfire Games y THQ Nordic estén destinando un mayor capital al desarrollo de un proyecto más ambicioso.

En cuanto a la dificultad, hay disponibles tres niveles distintos, fácil, normal y difícil, siendo este último un verdadero desafío y quizás para comenzar el baremo estándar es el recomendable. Respecto a los cambios de Chronos VR, se deja de lado el sistema de cámaras fijas y las variaciones mediante el posicionamiento de la cabeza por una tradicional vista en tercera persona que se sitúa justo detrás de nuestro personaje. Una modificación sin complicaciones pero efectiva en todo momento, sin dar ningún problema para cualquiera de las situaciones que toca vivir o resolver en la aventura

Otra de las consecuencias de la procedencia inicial del juego recae en el apartado gráfico, por debajo de lo visto en Darksiders III y Remnant, con texturas simples que están más cerca del tono animado que un diseño realista, modelados sosos y animaciones mejorables. Al menos ciertas deficiencias quedan cubiertas con la paleta artística transmitiendo una inmersiva ambientación, todo ello a 30 imágenes por segundo incluso en PS5, consola donde hemos disfrutado del juego pese a que se lance únicamente en PS4, Xbox One, Switch y PC. Para finalizar, destacar que llega traducido y doblado al español neutro, empleando unas voces válidas para ambas regiones pero que denotan un buen nivel en las escasas interpretaciones que existen durante toda la partida.

Chronos: Before the Ashes supone una fresca combinación entre aventuras, exploración y mecánicas RPG, sirviendo como enlace con los hechos narrados en Remnant: From the Ashes, y una obra recomendable para todos aquellos que se quedaron con ganas de más tras superar el juego principal y sus dos expansiones.

Es cierto que se ha perdido parte del encanto respecto a la versión de realidad virtual al dar el salto a consolas tradicionales, aun así es una propuesta ligera, amena y divertida que pese a no destacar en nada concreto si brinda una interesante experiencia en su fórmula y principalmente en lo que se refiere a la exploración, resolución de puzles  y el uso de la mecánica del envejecimiento en la progresión del personaje. Y por si fuera poco, se pone a la venta a precio reducido en todas las plataformas, siendo un aliciente más para su compra.

Chronos: Before the Ashes

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7.6

Historia

8.0/10

Jugabilidad

7.5/10

Gráficos

7.0/10

Sonido

7.5/10

Diversión / Duración

8.0/10

Pros

  • Singular mecánica de envejecimiento progresivo
  • Certero equilibrio entre en la progresión, combate y exploración
  • Perfecto para enlazar la historia con Remnant: From the Ashes
  • Bonito apartado artístico...

Cons

  • ... pero anticuado acabado gráfico en modelados y animaciones
  • Combate básico y evidente falta de fluidez