Análisis | Daymare: 1998

Análisis | Daymare: 1998

28 abril 2020 0 Por Alejandro Altaber

Los amantes del survival horror tienen una cita imprescindible con Daymare: 1998. Un grato homenaje al terror clásico de los 90 con multitud de referencias, desafiantes puzles, tensión constante, variadísimas localizaciones, narrativa repleta de interrogantes y un auténtico reto en la gestión de recursos para la supervivencia. Bienvenidos a Keen Sight.

Ficha Técnica

  • Título: Daymare: 1998
  • Desarrollador: Invader Studios
  • Editora:  All in! Games / Destructive Creations
  • Distribuidor: Meridiem Games
  • Número de Jugadores: 1
  • Plataformas: PlayStation 4, Xbox One y PC
  • PEGI: +18
  • Fecha de salida: 28 de abril de 2020
  • Idioma: Voces en inglés y textos en español
  • Género: Acción, Survival Horror

 

Allá por 2013, un pequeño y joven estudio italiano mostró al mundo Resident Evil 2 Reborn, un fan-remake de la segunda entrega de la franquicia de Capcom que nació con la intención de brindarle a los seguidores una experiencia renovada del clásico survival-horror. El proyecto fue evolucionando con el paso del tiempo, sin embargo, un día el teléfono de Invader Studios recibió una llamada proveniente de Osaka, más en concreto de la propia Capcom.

La compañía nipona ya estaba trabajando en el remake oficial de Resident Evil 2, y solicitó de forma amable que cesaran el desarrollo de su propuesta, estimulándoles a que se centrasen en una reinvención más personal de Resident Evil e incluso invitando al equipo a visitar las oficinas centrales de Capcom para tener una agradable charla con los productores de la saga y ofrecerles cualquier ayuda y apoyo que pudiesen necesitar para sacar adelante su propia IP, creando una nueva historia, personajes, ambientación, etc.

De hecho, la retroalimentación entre los creadores originales y los fieles seguidores que buscan el sueño de alcanzar su nivel, que Resident Evil 2 incluye en los créditos un agradecimiento muy personal hacia Invader Studios, pues los italianos afirman que tomaron apuntes y referencias para plasmar el tétrico apartado artístico, el diseño de entornos, los cambios introducidos en el desarrollo de la historia y la introducción de una amalgama de mecánicas entre lo actual y lo añejo.

Invader Studios decidió no descartar todas las ideas y novedades que estaban añadiendo para trasladarlas a Daymare: 1998, su propio survival horror claramente inspirado en la jugabilidad de Resident Evil a partir de la cuarta entrega numerada, pero manteniendo gran parte de los elementos clásicos como la atmósfera de terror, gestión de inventario, sesudos rompecabezas, exploración de los escenarios y una narrativa plagada de incógnitas donde todos tienen algo que esconder.

Tras su paso por PC recibiendo más que notables críticas por parte de la comunidad en general, y excelentes entre los fieles acérrimos al género, Daymare: 1998 cumple un nuevo objetivo lanzándose ahora en PlayStation 4 y Xbox One. Asimismo, en España disponemos de una cuidadísima ‘Black Edition’ para PS4, distribuida por Meridiem Games e incluyendo interesantes extras a un precio más que competitivo. Acompañadnos a través de las siguientes líneas para descubrir la grata sorpresa que nos hemos llevado con Daymare: 1998, y prepárate para adentrarte en la ciudad de Keen Sight junto a los tres protagonistas y sus argumentos interconectados.

Historia

Como buen homenaje al mejor survival horror de la década de los 90, Daymare: 1998 sucede durante el mismo año que Resident Evil 2 y sus acontecimientos se relatan en  un lapso temporal de apenas 24 horas. Invader Studios ha creado dos partes genialmente diferenciadas en el aspecto narrativo; las motivaciones personales de los tres protagonistas por un lado, y el argumento central de mayor relevancia y trasfondo por otro.

Daymare: 1998 comienza investigando un accidente en las instalaciones de una isla secreta, el cual podría desencadenar unas terribles consecuencias si va más allá de la brecha se seguridad. El grupo de H.A.D.E.S. llega con el objetivo de extraer la muestra de los laboratorios, no obstante, un terrible evento que no vamos a desvelar provocará que la población de la pacífica ciudad de Keen Sight acabe convirtiéndose en una zona mortal con todos sus habitantes transformados en monstruos sedientos de sangre. Un argumento inicial muy parecido a Resident Evil 2, que rápidamente se quita de encima cualquier posible similitud para desvelar una historia increíblemente intensa y bien construida. Pasado, presente y futuro se entrelazan durante una elevada duración hasta alcanzar un magnífico desenlace, que seguro sorprenderá a todos los jugadores al revelarse la identidad de todos los planes, organizaciones y motivaciones.

A lo largo de la aventura y sus múltiples capítulos controlamos hasta tres personajes diferentes. Arrancamos con Liev, un soldado de élite de H.A.D.E.S. que no comparte los objetivos de su propia organización y pronto revelará sus auténticos planes. Raven es un piloto de helicóptero que trabaja junto al primero de los protagonistas, el cual desaparece en un punto determinado de la historia tras un accidente aéreo. Y por último tenemos al más interesante de todos, Sam, un guardabosque que sufre una enfermedad mental en forma de alucinaciones que busca venganza tras una terrible pérdida, y no dudará en atravesar la infestada ciudad.

La versión original de PC publicada en septiembre del año pasado contaba con dos selectores de dificultad, pero su lanzamiento en consolas han añadido en consolas dejando el nivel Daymare, Normal y Fácil. Tras haberlo finalizado os recomendamos comenzar en ‘Normal’, pues Daymare: 1998 presenta una curva de dificultad con unos picos bastante elevados en el primer cuarto de la aventura. Pasado este momento todo se equilibra y el racionamiento de munición y objetos médicos está mucho mejor equilibrado.

En nuestro caso nos ha costado un poco más de 9 horas completar la historia principal, afrontando con tranquilidad cada situación jugable, leyendo todos los documentos repartidos por el escenario y consiguiendo buena parte de los elementos coleccionables. Además, esta cifra oscilará entre la comunidad de jugadores que tengan mayor o menor habilidad para resolver los puzles y rompecabezas que abundan en el título, donde muchos de ellos incluso requieren levantarse a por papel y bolígrafo si no queremos acabar desquiciados.

 

Jugabilidad

Daymare: 1998 es un survival horror en tercera persona que toma como referencia a Resident Evil 4 en lo que se refiere a la jugabilidad, situando la cámara tras el hombro del protagonista y ofreciendo un gameplay que lleva ya muchos años instaurados en el género de acción, terror y supervivencia. La obra de Invader Studios capta a la perfección los elementos clásicos del survival horror y los plasma en su estructura central, permitiéndose el lujo incluso de innovar en un par de apartados para dotarlo de un punto extra de realismo.

Yendo por partes, el combate es el primer punto destacable de Daymare: 1998. Antes de nada, cabe mencionar que el sistema de apuntado y movimientos no tiene de la misma fluidez y precisión que las superproducciones de las grandes editoras de la industria del videojuego, pero funciona realmente bien en todo lo que se propone. El título del equipo italiano es puro survival horror y aquí cada bala cuenta. De hecho, los zombis están programados para que no siempre mueran al recibir un determinado número de balas, sino que en ocasiones caen de dos disparos, mientras que otras veces se recuperan y absorben prácticamente la mitad del cargador.

Eso sí, no es lo mismo disparar con la pistola que con la escopeta o mágnum, cuya munición es realmente preciada y vale la pena reservarla para criaturas más resistentes. Daymare: 1998 se siente muy añejo en este sentido, y solo esas tres armas están a nuestra disposición a lo largo de toda la historia, olvidándose de ballestas, lanzagranadas, minas o cualquier otro explosivo.

La mecánica jugable más innovadora de Daymare: 1998 es sin lugar a dudas la gestión de los cargadores. Habitualmente en este tipo de juegos estamos acostumbrados a recoger directamente la munición y combinarla con el arma correspondiente, sin embargo, en Daymare se ha añadido un paso intermedio al tener que rellenar cada uno de los cargadores, de manera que si los tenemos vacíos será imposible recargar para continuar disparando. Asimismo, si un cargador está lleno de munición estándar no será posible añadirle munición especial, debiendo vaciarlo previamente. Una mecánica que añade un extra de dificultad a la gestión del limitado inventario y aporta un componente estratégico distinto a lo convencional.

Los tres personajes de Daymare: 1998 llevan equipado en su antebrazo derecho un dispositivo PDA desde el que gestionamos el inventario de objetos, visualizamos el mapa del escenario, leemos los documentos recogidos y comprobamos los niveles de salud. De hecho, la constante administración del inventario se convierte casi en un rompecabezas más del juego, pues los huecos existentes son los mismos durante toda la aventura sin llegar a ampliarse con más ‘slots’.

Eso sumado a llevar encima munición individual, cargadores de armas, objetos clave (llaves, manivelas, batería, etc), elementos curativos (salud, energía y percepción sensorial) y la correspondiente combinación de los mismos, en ciertos instantes se convierte en un auténtico caos. Por suerte se puede ‘jugar’ un poco dejando caer los objetos al suelo para combinar otros mientras tanto y así poder continuar sin dejar nada atrás.

Pese al comentario, ni mucho menos es un punto negativo, pues Invader Studios ha pensado en soluciones para gestionar el inventario. Se trata de ‘salas secretas’ que funcionan como los baúles de Resident Evil para tener bajo resguardo todos los objetos que queramos. Los ‘Terminales H.I.V.E’ repartidos por la ciudad de Keen Sight como puestos de control para los miembros de Hexacore para recopilar información y observar a los ciudadanos, están todas ellas interconectadas entre sí y encima permiten guardar partida manualmente y fabricar e intercambiar objetos al recoger ciertos chips.

Los otros pilares fundamentales de Daymare: 1998 son la exploración y los puzles. Si bien Invader Studios plantea unos escenarios delimitados, cada una de las zonas ofrece espacios abiertos donde es vital (indispensable para lograr sobrevivir) investigar cada uno de sus recovecos, sino dejaremos pasar munición y objetos curativos esenciales para disponer del suficiente equipamiento como para salir airosos de situaciones peligrosas.

Igualmente le sienta genial el componente de ‘backtracking’ unido a los rompecabezas. Los hay sencillos como de recoger objetos y volver a un punto anterior para desbloquear alguna puerta o mecanismo, y otros que suponen un auténtico reto y que harán las delicias de los fans más acérrimos al survival horror y sobre todo de Resident Evil. Es un apartado que hemos sufrido pero en realidad nos ha encantado, apreciando el exquisito diseño de los puzles y recordando la importancia que tenían en el pasado y que poco a poco se fue perdiendo en otras propuestas del género.

Gráficos y Sonido

El primer cambio que realizó Invader Studios al centrarse completamente en Daymare: 1998 fue desechar Unity para dar el salto a Unreal Engine 4, pues el primer motor estaba plagado de limitaciones técnicas para sacar adelante el proyecto con las mejores garantías. No todo el trabajo se fue a la basura ya que tomaron multitud de ‘assets’ del proyecto original, reconvertidos para aprovecharlos en el fantástico diseño de los escenarios, los cuales están claramente influenciados por el contexto histórico similar al de Resident Evil 2.

Como hemos dicho, Invader Studios es un equipo humano de reducido tamaño, pero eso no ha evitado que hayan implementado una enorme variedad de localizaciones para los tres personajes controlables en el juego. Comenzando en una isla plagada de secretos, pasamos a explorar otros lugares como parajes montañosos, zonas residenciales, interiores de hogares, bulliciosas calles, oscuros callejones, un complejo hospital, peligrosas alcantarillas y los habituales profundos y tenebrosos laboratorios plagados de incontables misterios. Únicamente en un reducido segmento nos obligan a pasar por la misma zona haciendo un recorrido inverso, algo que demuestra la formidable estructura del juego para no repetir escenarios durante más de 8 horas de partida.

Invader Studios sabe jugar sus cartas con maestría, y para esconder posibles barreras gráficas, apuesta por una ambientación totalmente nocturna. De esta forma el límite presupuestario pasa a un segundo plano para implementar un magnífico sistema de iluminación muy trabajado, que incluso incluye sombras dinámicas. Como apuntes particulares, el efecto de la sangre es una auténtica pasada, y quizás solo otros efectos como el fuego y las explosiones dejan ver un peor acabado.

No todo es perfecto y hay aspectos que flojean. Hablamos principalmente de las expresiones faciales, animaciones y movimientos de ciertos monstruos. Durante buena parte de la aventura se producen diálogos mientras avanzamos, y ahí debido al ángulo de la cámara es imposible visualizar el rostro del personaje, pero en las cinemáticas salen a la luz las carencias y limitaciones técnicas que existen en todo pequeño estudio independiente, fallando en la gesticulación de la cara y la sincronización labial de las voces. Lamentablemente, los italianos no tienen la capacidad económica para implementar la costosa captura de movimientos como por ejemplo sus grandes referentes, Capcom.

Asimismo, en cuanto a las animaciones, hemos tenido sensaciones encontradas. Los tres personajes controlables se mueven con notable fluidez y la acción al disparar es acertada, pero en los zombis y otros seres existen luces y sombras. Los enemigos básicos (zombis) son más fáciles de animar e incluso el sistema de físicas al recibir los impactos de bala es francamente espectacular. Según a la parte del cuerpo donde disparemos, el zombi se balancea se manera distinta, salpicando sangre en paredes, mobiliario o cristales, para finalmente derrumbarse siguiendo multitud de meneos diferentes. Puede ser un detalle nimio para muchos, pero denota un tremendo mimo el haber creado animaciones para según qué tipo de situación jugable.

El contrapunto lo tenemos con los seres que han sufrido transformaciones y deformaciones, en este caso, casi siempre mid-bosses o jefes finales. No vamos a entrar en spoilers de las criaturas que tendremos que derrotar, pero sí comentar que su abanico de movimientos es bastante escaso limitándose incluso a correr solo detrás nuestro para golpearnos, provocando que el enfrentamiento pierda bastante fuerza a nivel jugable. Por suerte, más avanzada la aventura hay batallas más interesantes donde incluso debemos seguir estrategias con los objetos del entorno.

En su llegada a consolas hemos tenido la oportunidad de disfrutar Daymare: 1998 en su versión de PlayStation 4 Pro. La principal valoración que podemos realizar en este sentido es que faltan unas semanas extra de pulido y optimización, pues en zonas concretas de cada localización se sufre alguna ralentización, visión de texturas de baja resolución y algún que otro bug. Nada sustancialmente importante que seguro Invader Studios corrige muy pronto con una actualización y así ofrecer una experiencia más confortable todavía.

En la faceta sonora es complicado encontrarle pegas a Daymare: 1998. La clásica y extraordinaria ambientación, apostando por continuos oscuros y tétricos escenarios, concuerda de forma brillante con los efectos de sonido de armas y enemigos. Como acompañamiento tenemos una destacada y variada selección de temas, idónea y bien seleccionada para el género de terror. Asimismo, llega con un buen doblaje de las voces en inglés y el agradecido añadido de los subtítulos en español, que solo presenta algún error puntual de localización.

Por último como sugerencia  para meterte de lleno en la tensión del survival horror, recomendamos entrar al apartado de opciones y reducir el volumen de la música durante el juego. El nivel predeterminado está bastante elevado y dejándolo a la mitad, sientes como se incrementa la congoja al escuchar cada paso, cada disparo, cada movimiento, mientras de fondo suena una melodía que ya no molesta y asiste de manera increíble.

Conclusión

No lo vamos a esconder, pese a pequeños defectos propios de venir de un pequeño y joven equipo independiente, Daymare: 1998 nos ha gustado muchísimo y hemos gozado y sufrido a partes iguales como hacía tiempo que no conseguía otro survival horror. A excepción del magnífico regreso de Capcom con Resident Evil 7 y el remake de Resident Evil 2, seguramente el primer proyecto de Invader Studios es una de las propuestas más fieles a las mecánicas clásicas del género de terror.

Desde el primer momento se nota que los desarrolladores italianos son un grupo de fans de la saga de Capcom que comprenden a la perfección las mecánicas y elementos de los títulos que marcaron un antes y un después en la década de los 90. Extrema gestión de recursos para lograr sobrevivir, sombría atmósfera, enfoque estratégico en combates y puzles, argumento plagado de oscuros secretos y una extensa y variada campaña con hasta tres personajes protagonistas controlables.

Proyecto independiente, presupuesto limitado y claras inspiraciones, tres propiedades que no consiguen oprimir la ilusión por introducir sus propias ideas y toque personal para hacerse un hueco en la industria del videojuego, y sobre todo en el género de terror. Daymare: 1998 es una más que notable opción que sienta las bases de cara al futuro, tomando referencias del inolvidable pasado y convertirse así en un soplo de aire fresco y una de las mejores alternativas actuales para todo seguidor del survival horror. Daymare: 1998 ya está disponible en PlayStation 4, contando con una magnífica edición en formato físico a la venta a precio reducido.

Daymare: 1998

29,99€
8.2

Historia

8.5/10

Jugabilidad

8.2/10

Gráficos

8.0/10

Sonido

8.0/10

Diversión

8.5/10

Pros

  • Ambientación clásica survival horror: gestión de recursos, exploración y puzles
  • Acertada idea de gestión de munición, elementos curativos y resto de objetos
  • Extensa campaña principal y grata sorpresa por su poder narrativo
  • Tétrica ambientación, variado diseño de escenarios y geniales efectos sonoros
  • Increíble edición física a precio inmejorable

Cons

  • Falta equilibrio en la curva de dificultad y pulido de control
  • Mejorables expresiones faciales y animaciones
  • Ciertos defectos gráficos que se solventarán vía actualización