Análisis | Dying Light 2: Stay Human

Análisis | Dying Light 2: Stay Human

17 febrero 2022 0 Por Alejandro Altaber

Tras numerosos retrasos y varios años de espera, Dying Light 2 se estrena exhibiendo su potencial en la exploración yeso del parkour, apoyado en un notable combate y un variado diseño de misiones, que queda deslucido por algunos problemas técnicos y errores típicos del mundo abierto.

Ficha Técnica

  • Título: Dying Light 2
  • Desarrollador: Techland
  • Editora: Techland
  • Número de Jugadores: 1-4
  • Plataformas: PS5, PS4, Xbox Series X/S, Xbox One y PC
  • PEGI: +18
  • Fecha de salida: 4 de febrero de 2022
  • Idioma: Voces y textos en español
  • Género: Aventura, Acción

 

Tras siete años de duro trabajo y un desarrollo repleto de vaivenes, Dying Light 2 ve la luz al final del túnel con el propósito de brindar una experiencia de acción y supervivencia en mundo abierto todavía más entretenida que la gran sorpresa que supuso la primera entrega en 2015. Techland siempre se mostró tremendamente ambiciosa desde su anuncio exhibiendo un increíble nivel de detalle en el parkour dentro de la propuesta jugable y en las elecciones en el plano narrativo, no obstante, todo ello se ha fue diluyendo seguramente por el ‘absoluto caos’ que fue el desarrollo según han contado varios trabajadores de la compañía polaca.

A ello se sumó un retraso indefinido que se ha terminando superando, pero las consecuencias no han sido pocas. Dying Light 2 sigue siendo igual de divertido y visceral que el original, sin embargo muchas de las promesas se han quedado por el camino y se nota en el producto final que se ha lanzado a las tiendas. Aun así, Techland nunca deja tirada a su comunidad y ha asegurado cinco años completos de nuevos contenidos gratuitos y de pago que termina convirtiendo el juego en una obra imprescindible del género.

Historia

Los acontecimientos de Dying Light 2 tienen lugar 15 años después de la historia de Kyle Crane en la ciudad de Harran, donde la humanidad se enfrentó al virus y terminó siendo derrotada. Ahora toca ponernos en la piel de Aiden Caldwell, un superviviendo que busca a su hermana Mia tras haber sido separados al ser objeto de crueles experimentos. Dichos ensayos, por suerte o por desgracia, dieron al Peregrino poderes sobrenaturales tales como una resistencia superior para moverse entre edificios.

Gracias a ciertos contactos termina recibiendo información valiosa sobre el posible lugar donde a fue parar su hermana, Villedor, uno de los últimos grandes asentamientos que se está viniendo abajo por las frenéticas luchas internas entre las principales facciones. Seguramente el argumento podría haber dado más de sí y la campaña está alargada de manera artificial como suele ocurrir en multitud de juegos de mundo abierto, aun así se disfruta de una grata evolución de los protagonistas y villano, una grandiosa ambientación con infinitos secretos e historias secundarias a descubrir, interesantes giros de guión en la trama e importantes toma de decisiones para obtener un determinado final.

Otro de los aspectos más debatidos previo al lanzamiento ha sido la duración del juego. Techland apostó por una estrategia de marketing que terminó viniéndose en su contra. Hablaban de 500 horas de partida para completar Dying Light 2, y tuvieron que rectificar admitiendo que la historia principal se podía superar en unas 30 horas y completar el resto de encargos opcionales y misiones secundarias elevaba la cifra a 70 horas. Al final ese dato es el correcto tras nuestra experiencia, sin embargo el límite lo pone cada usuario por su cuenta, valorando el tiempo disponible para dedicar a continuar explorando cada rincón de la ciudad.

Jugabilidad

Dying Light 2 vuelve a apostar por la misma fórmula jugable, siendo un más y mejor de manual. Es decir, estamos ante una aventura de acción y supervivencia en mundo abierto con vista en primera persona ambientada en un mundo postapocalíptico donde el parkour, combate, exploración y crafteo de recursos son los pilares fundamentales del RPG.

Aquí no hay ningún vehículo de transporte, si bien hay nuevo equipamiento en forma de parapente que nos permite alcanzar lugares inaccesibles de forma más sencilla. Aun así, la ciudad de Dying Light 2 está construida para moverse con infinita libertad mediante saltos entre edificios, escalando salientes, deslizándonos por pequeños huecos, balanceándote por cornisas e incluso corriendo por la pared. La fluidez de movimiento es exquisita, y de hecho se nota la suma de más del doble de animaciones respecto al original, destacando más puntos de apoyo y el componente para gestionar la barra de resistencia en todo momento. No obstante, también se echan en falta otras mecánicas que fueron descartadas para la versión final y que lucían increíbles en las primeros demos mostradas.

En cuanto a la exploración, hay dos partes muy diferenciadas: el día y la noche. Básicamente el día pertenece a los humanos de las diferentes facciones, mientras que la noche está dominada  por los infectados. De hecho, adentrarse en una zona oscura en los interiores de cualquier edificio es prácticamente un suicidio, pues está repleto de zombis que acaban contigo en cuestión de segundos sin posibilidad de escapatoria.

Moverse por la ciudad durante la noche es mucho más delicado, pero las mejores recompensas se encuentran escondidas en bases y edificios que se vacían a esas horas. Además, explorarlos es una auténtica gozada pues el plataformeo mejora una auténtica barbaridad con secciones realmente entretenidas.

Asimismo, como colofón final antes del antes de obtener los valiosos recursos suele haber algún enfrentamiento ante un mid-boss, algo así como un infectado de mayor rango y peligrosidad.  ¿El problema? El de siempre en Dying Light 2. Hacerlo una vez es una pasada, la segunda también, pero cuando observas que la estructura y el diseño de dichas edificaciones se repite hasta la saciedad comienza a hartarte un poco. Se puede aguantar que el objetivo sea casi idéntico, pero no que incluso el camino a seguir no varíe un ápice.

Como dato importante, la exploración en zonas oscuras no podemos alargarla todo el tiempo que queramos. Por motivos argumentales que merece la pena descubrir, Aiden está infectado con el virus que ha desolado el planeta, y si permanece demasiado tiempo en la oscuridad se acabará transformando en un monstruo. Por suerte, podemos aumentar el medidor de inmunidad hallando focos de luz ultravioleta o tomando algunos objetos consumibles. El resto de elementos en el componente exploratorio es más o menos similar a otras obras del género: desbloquear molinos, conquistar bases y refugios, hallar potenciadores y botín único, retos de velocidad, y quizás lo más importante, ir sumando estaciones de Metro.

Estos puntos juegan un papel esencial ya que permiten el viaje rápido entre zonas, ahorrando un valioso tiempo para recorrer grandes distancias del gigantesco mapeado de Villedor. Como dato, el mapa de Dying Light 2 es cuatro veces más grande que el juego original, dividido en siete regiones distintas, cada una con sus propios puntos de referencia y ubicaciones.Para hacer uso las estaciones de Metro es siempre necesario reactivar la electricidad, encendiendo generadores que derivan en la elección final de que facción contralará la instalación, los Pacificadores o los Supervivientes. Esta decisión se promocionó por Techland como muy importante de cara a consecuencias en la propia narrativa, pero nada más lejos de realidad, al final solo afecta a ventajas concretas orientadas al combate o el parkour, según cuál sea la el dictamen definitivo.

Como el resto de pilares de la jugabilidad, el sistema de combate bebe directamente de Dying Light. El juego se basa principalmente en combate cuerpo a cuerpo con la mayoría de las peleas con armas blancas y objetos contundentes. Todas ellas tienen una vida útil limitada y van degradándose con el correspondiente uso, pero no se te ha llegado a romper una cuando ya dispones de una distinta y de poder superior. Además, también se pueden usar armas de largo alcance como ballestas, escopetas o lanzas.

Todos los enfrentamientos se producen manteniéndose la vista en primera persona, pudiendo realizar bloqueos y esquivas que consumen parte de la resistencia de Aiden. También hay una especide ‘parry’, esquivando en el momento concreto para dejar aturdido al enemigo y tenerlo a disposición de asestarle un potente golpe. El sistema de físicas es un tanto caótico, pero el ‘feeling’ que ofrece al cercenar con una espada o destruir un miembro del cuerpo con una maza es fantástico.

El mayor problema está en la IA enemiga, sobre todo con los humanos, con patrones de ataque tremendamente básicos que se limitan a bloquear golpes para después atacar a diestro y siniestro. Siendo un poco cuidadoso puedes superarlos con pocos impedimentos.  Al menos cambia de forma positiva en el caso de los infectados, pues al existir multitud de tipos de ellos tienen sus propias fortalezas y debilidades, siendo enfrentamientos particulares que obligan a plantear estrategias únicas para cada uno de ellos.

Si bien no es tan profundo como otros RPG, Dying Light 2 también tiene su propio sistema de progresión mediante la obtención de habilidades. En ese sentido Techland no se ha complicado y ofrece dos árboles independientes dedicados al parkour y el combate, ganando poder y resistencia para ambas tareas, desbloqueando a su vez movimientos no disponibles en las primeras horas que facilitan mucho la vida. Eso sí, aumentar la vida y resistencia máxima solo es posible investigando el mapa y obteniendo tres inhibidores. Al tener esa cantidad ya se pueden canjear por un extra en uno de esos parámetros.  De la misma manera, al reunir varios puntos de habilidad subes de nivel y con ello creces de rango, obteniendo armas y equipamiento de mayor rareza. Y evidentemente, hay un sistema de artesanía para fabricar mejoras a las armas que otorgan efectos elementales, mayor durabilidad, mayor daño, etc.

Gráficos y Sonido

Un aspecto a tener muy en cuenta al entrar a valorar el apartado gráfico es el extenso tiempo de desarrollo que ha tenido Dying Light 2. Incluso para una producción AAA de tales dimensiones, siete años son excesivos y termina notándose más incluso si lo comparamos con el gameplay de revelación en el E3 2018. Casi seguro Techland tenía previsto lanzar Dying Light 2 como colofón final de la pasada generación, y posteriormente trabajar con tranquilidad en una futurible versión con mejoras para PS5 y Xbox Series X/S. Por desgracia los planes no salieron según lo pronosticado y adaptaron su estrategia a un título intergeneracional.

El estudio polaco ha tenido que recortar muchísimas mecánicas, animaciones, construcciones y otros assets que vimos en su presentación. Y todo ello queda relacionado con el plano técnico, y es que ninguno de los modos gráficos incluidos en PS5 nos ha terminado convenciendo. El modo Rendimiento a 60 imágenes por segundo completamente estables, fantástico para moverte con fluidez por toda la ciudad, saca a la luz las costuras gráficas evidenciándose falta de calidad visual, desaparición de efectos y una menor resolución en pantalla.

El modo Calidad brinda una experiencia superior con Ray Tracing, sacrificando en su camino los 60fps. Y por último, el modo Resolución llega a unos gráficos 4Kbastante espectaculares pero aquí sí la fluidez desciende hasta los 60fps. Tres opciones diferentes donde es difícil escoger, ya que en movimiento se prioriza el rendimiento pero estando parado las estampas visuales del 4K si elevan bastante el listón.

Y todo ello ha sido impulsado por el motor C Engine, nueva tecnología que reemplaza el Chrome Engine, motor empleado para desarrollar los anteriores juegos de la desarrolladora. Además, está acompañado de una tecnología interna llamada CityBuilder, que puede ensamblar diferentes partes del edificio, como repisas y ventanas, con un aporte mínimo de los diseñadores de niveles permitiendo al equipo crear y cambiar el diseño de la ciudad rápidamente.

En cuanto a la polémica con los bugs y defectos de programación presentes en los primeros análisis, en nuestro caso hemos tenido acceso al juego en una fecha posterior al lanzamiento, por lo que la experiencia ha mejorado drásticamente con la salida de diferentes parches que arreglan gran parte de todos los defectos. Techland continua trabajando día a día para mejorar la calidad en consolas, aunque tampoco debemos esconder que varios compañeros de la prensa si han sufrido graves bugs en su proceso de análisis que incluso terminaron corrompiendo la partida.

Antes de entrar a concluir el texto no podemos olvidarnos del apartado sonoro, con luces y sombras al igual de todo lo narrado en los párrafos anteriores. Tanto la banda sonora como los efectos de sonido transmiten a la perfección cada momento de la aventura, acoplándose con genialidad a los momentos de tensión en interiores o fases nocturnas, y ganando en potencia en combates a plena luz del día tanto con humanos como con infectados.

En este sentido Dying Light 2 derrocha visceralidad por todos los costados, escuchándose con exactitud cada golpe asestado por nuestra grata variedad de armas en los cuerpos de los zombis. Y en contraposición tenemos el doblaje y localización al español, con grandes interpretaciones en ciertos personajes, mientras que otros rozan la mediocridad. Y lo mismo con los textos traducidos, fallando en muchísimos juegos de palabras o expresiones mal adaptadas a nuestro idioma. Se agradece que Techland haya incluido traducción de los textos a hasta 17 idiomas y doblaje de las voces a 10 de ellos, no obstante la calidad final no es la esperada y le falta una vuelta de pulido.

Conclusión

El resultado final de Dying Light 2: Stay Human viene derivado de todos los contratiempos que ha tenido que superar en los últimos años. A pesar de los evidentes recortes, Techland consigue firmar una notable aventura en mundo abierto que se sostiene a las sobresalientes mecánicas de parkour, el destacado sistema de misiones y la magnífica sensación de continuo descubrimiento. La historia principal no está mal, pero se siente alargada artificialmente en diversas ocasiones con tal de sumar tiempo a un contador que puede llegar a superar el centenar de horas si quieres completar la ingente cantidad de contenido existente.

La noticia más positiva es que el lanzamiento por fin se ha dado, y podemos estar tranquilos de que Techland va a seguir trabajando a fondo para pulir y mejoras todos los aspectos del juego. Los parches están publicándose de forma rápida, hay buena comunicación y los planes de la compañía polaca son dotar el mundo de Dying Light 2 de un sin fin de futuras aventuras y grandes expansiones. Actualmente ya es una opción recomendada e incluso obligatoria si disfrutaste de su predecesor, aun así la propuesta de zombis tiene un bonito futuro por delante durante los próximos 5 años.

Dying Light 2: Stay Human

59,90€
8.2

Historia

7.5/10

Jugabilidad

8.5/10

Gráficos

8.5/10

Sonido

8.0/10

Diversión

8.5/10

Pros

  • Las mecánicas de parkour y la sensación de libertad para explorar
  • Diseño de las misiones principales
  • Buen sistema de progresión y continua mejora de las armas
  • En cooperativo sigue siendo toda una delicia

Cons

  • Campaña alargada artificialmente
  • Irregular doblaje al español
  • Problemas técnicos por pulir y versiones next-gen con margen de mejora