Análisis | No Straight Roads

Análisis | No Straight Roads

30 agosto 2020 0 Por Víctor González Valle

Hoy hablamos de un juego basado en la música pero que no es necesariamente rítmico.

Ficha Técnica

Título: No Straight Roads

Desarrollador/Editor: Metronomik

Distribuidor: Bumble3ee Interactive

Número de Jugadores: 1-2 (local)

Plataformas: PlayStation 4, Xbox One, Nintendo Switch y PC

Servidor siempre ha comentado en anteriores análisis, que una de las grandes ventajas del mercado Indie, además de la abundancia de juegos, unos mejores y otros peores, es la originalidad o el intento de crear propuestas no tan típicas, y No Straight Roads, sin ser remotamente un juego perfecto, arriesga y consigue resultados bastante interesantes.

Desarrollado por Metronomik, un estudio situado en Malasia que debuta con este título, pero que cuenta con integrantes que han participado en títulos del calibre de Final Fantasy XV o Street Fighter V, No Straight Roads propone una aventura de acción centrada completamente en la música, siendo tanto el núcleo del juego como la base argumental del mismo, y que presenta resultados dispares, pero interesantes.

Nuestros protagonistas serán Mayday y Zuke, guitarrista y batería del dúo de música underground Bunk Bed Junction, que tras ser rechazados en un «Talent show» auspiciado por la megacorporación NSR ( No Straight Roads) por humillar el rock en una ciudad, Vinyl City donde dicho género está prohibido y predomina el EDM (música electrónica) que además es la que suministra energía a la ciudad. NSR, actuando de forma dictatorial, tiene un grupo de músicos que realizan conciertos y proporcionan dicha energía, pero esta no es repartida de manera equitativa, habiendo constantes apagones en las peores zonas de la ciudad.

El grupo de Mayday y Zuke deciden iniciar una revolución, enfrentándose a cada uno de los miembros de NSR en su propio terreno, sus conciertos. Cada miembro tendrá una especialidad y formarán parte de la mecánica jugable principal. Y es que el juego es una especie de «Boss Rush» donde iremos de jefe en jefe y cada uno tendrá su pequeña zona antes de llegar al combate mismo, siendo este dividido en diversas fases y donde deberemos aprendernos el patrón del mismo, tanto para no recibir daños como para conseguir las mejores puntuaciones posibles, que nos proporcionarán nuevos fans y a la vez nuevas mejoras.

Podemos disfrutar del juego tanto en solitario como en cooperativo local, en el primer caso podremos alternar entre el control de Zuke y Mayday con la simple pulsación de un botón, y ambos se controlan ligeramente diferente. Mayday ataca con su guitarra y realiza más daño pero no es buena encadenando ataques, mientras que Zuke hará uso de las baquetas , es más ágil y podrá encadenar ataques e incluso realizar remates finales. Cada personaje tendrá su propia barra de vida por lo que es bastante inteligente ir cambiando de personaje antes de que nos derroten.

Disfrutaremos de una base de operaciones en las alcantarillas, que a parte de permitirnos jugar a una recreativa musical, nos proporcionará también diversas mejoras para los personajes, basadas en el numero de fans que tenemos como si de experiencia se tratase así como de la colocación de pegatinas en nuestros instrumentos, que tendrán duración limitada y podremos conseguir por los escenarios.

Entre jefe y jefe, tendremos cierta libertad de movimiento por Vinil City, de la que iremos desbloqueando distintos distritos donde podremos recoger energía para activar los puntos de la ciudad que estén sufriendo apagones, hablar con diferentes NPC o examinar diversos objetos que nos dan un poco más de información del mundo del juego.

Este puede ser uno de los Talones de Aquiles de No Straight Roads, la historia. La premisa es muy interesante, ya que con el uso del rock contra la música electrónica se deja claro la intención de los autores de reivindicar la libertad creativa respecto a la seguridad que da dedicarse a algo que es bueno, pero siempre es igual. En ningún momento denigran el género electrónico, de hecho este mismo nos brinda algunos de los mejores temas del juego. El problema es que el título se queda a medio gas a nivel argumental, los personajes son tan estridentes y las situaciones tan «locas» que hay un momento en el que todo se acelera demasiado para llegar a una conclusión algo previsible, aunque hay que reconocer que más interesante que la propia historia son los personajes, desde nuestros personajes a los diferentes bosses, todos desbordan carisma y no hay ninguno que no nos haya gustado.

Cuando servidor se encontraba disfrutando del juego, no podía obviar ver reminiscencias de juegos de corte más «arcade» como No More Heroes en la premisa de disponer de una ciudad que actúa como Hub para ir avanzando de fases o de Jet Set Radio por el concepto de revolución e incluso por la estética, por lo que con estos ejemplos os podéis hacer una idea de que tipo de juego es.

Entrando a nivel jugable estamos ante una mezcolanza de ritmo, plataformas y hack and slash. Como decíamos , algunos jefes antes cuentan con un pequeño nivel plataformero donde deberemos derrotar a enemigos que siempre seguirán un patrón rítmico así como sortear diversos obstáculos, activar interruptores, utilizar disparos de larga distancia en forma de notas musicales y otro tipo de mecánicas que hacen del juego bastante variado para la duración del mismo, unas 10 horas, y que hay que agradecer teniendo especial en cuenta que es un juego muy humilde en sus valores de producción.

En este aspecto podemos encontrar otro de los «peros» del título, y es que el juego es menos rítmico de lo que parece, si bien es cierto que todo sigue el patrón de la música, nosotros no necesitaremos dominar eso al 100% y podremos dedicarnos a golpear a diestro y siniestro y a esquivar los ataques cuando veamos las propias animaciones de los enemigos. Hay ataques concretos que si van completamente vinculados a la canción que suene en el momento, pero la mayoría no nos obligará a seguir el ritmo musical, algo que rompe un poco la coherencia que pretende el título en este ámbito, dispondremos de muy pocos ataques normales, algunos ataques especiales asignados a los gatillos , un superataque que  utiliza la barra de especial de nuestros dos protagonistas, el típico botón de salto y otro para dar volteretas que servirá como esquive.

Se puede sentir algo simple jugablemente, si bien es verdad que hay suficientes modos de juego y dificultades más altas que nos obligarán a utilizar mecánicas como devolver ciertos ataques, que nos enseñan en el tutorial, pero que de manera normal prácticamente no utilizaremos, por lo que sentimos que al apartado jugable le habría hecho falta una vuelta más para que quedase todo bien ligado, nos da la sensación que ciertas cosas no encajan.

A nivel técnico el juego cumple en especial por la estética ya que el uso de colores y el estilo «cartoon» hace que luzca mejor y más nítido un título que no destaca especialmente por poderío técnico, pero en el que cada personaje tiene su carisma gracias a su diseño así como Vinyl City es suficientemente atractiva como para pasearnos por ella mientras investigamos cada uno de sus recovecos.

Por supuesto en el sonido es donde brilla No Straight Roads. Cada tema está creado con mucho mimo, suele haber tres versiones de cada uno, neutro, electrónico y rockero, han participado una buena cantidad de compositores en la creación de los mismos y encontramos muchos estilos, desde música de «idol japonesa» hasta composiciones orquestales que a este redactor le han recordado enormemente a la franquicia Kingdom Hearts. Todo ello acompañado de voces tanto en inglés como en español y textos completamente localizados a nuestro idioma, algo muy de agradecer y sorpresivo que un juego tan pequeño venga doblado ( pese a que el doblaje inglés me ha parecido más logrado en especial en las interpretaciones).

Conclusión

No Straight Roads es un juego muy interesante, divertido y con una premisa que es más original que muchas otras. Pese a los baches jugables que presenta, deja con ganas de más y como primer título de Metronomik cumple, solo por la banda sonora ya vale la pena, pero a nivel estético también es muy vistoso y pese a que le falta saber integrar más el aspecto «musical» a la jugabilidad, aún con todo, le auguramos un buen futuro a la empresa de Malasia si continua puliendo estos aspectos y ofreciendo propuestas tan interesantes.

No Straight Roads

0.00
7.5

Historia

7.0/10

Jugabilidad

7.3/10

Gráficos

7.4/10

Sonido

8.5/10

Diversión

7.3/10

Pros

  • La banda sonora es lo mejor del título sin duda alguna.
  • El carisma de los personajes y enemigos.

Cons

  • El mundo abierto no aporta en exceso.
  • No logra integrar bien las mecánicas rítmicas.