Análisis | RAD

Análisis | RAD

13 septiembre 2019 0 Por Cristina Ferragut

Jugamos a RAD el ultimo trabajo del studio de Schafer, Double Fine y publicado por Bandai Namco. ¿Quieres saber si merece la pena?.

Ficha Técnica

  • Título: RAD
  • Desarrollador: Double Fine Productions
  • Producción: Double Fine Productions
  • Distribuidor: Bandai Namco
  • Número de Jugadores: 1
  • Plataformas: PlayStation 4, Xbox One, Nintendo Switch y PC
  • PEGI: 16
  • Fecha de salida: 20 de agosto de 2019
  • Idioma: textos en español
  • Género: aventura/acción
  • Cómpralo para PS4 por 19,99€: RAD
  • La reciente adquisición de Microsoft, Double Fine y Bandai Namco nos traen RAD, un interesante roguelike bañado en luces de neón y cargado de reminiscencias retro que llevará a los jugadores a explorar distintos escenarios generados al azar.

    Historia

    Rad lanza a los jugadores hasta un mundo aferrado a la vida después de sufrir dos apocalipsis. Aunque el primero de ellos no sorprendió a la población, de hecho, según los Ancianos esperaban que los MX lanzaran a los ‘caídos’ para exterminarlo todo. Sin embargo, fue con el segundo Armagedon cuando las cosas se pusieron realmente feas. A pesar de que los Reparadores tenían buenas intenciones y trataron de mantener el mundo con vida mediante unas máquinas depuradoras, terminaron por abandonar el lugar dejando las cosas peor de lo que estaban.

    Ahora esas máquinas que mantenían con vida a los humanos que sobrevivieron a los dos apocalipsis, están comenzando a fallar. Bajo esta premisa los jugadores en el papel de uno de los 8 adolescentes a escoger, tendrán que buscar nuevas fuentes de energía para mantener a raya la contaminación.

    Jugabilidad

    Rad es un roguelike con una estética propia de los años 80 en el que los jugadores se verán abocados en un mundo radioactivo repleto de criaturas mutantes y peligros de lo más extravagantes. Comenzaremos la partida con un bate de beisbol como arma y tan solo 3 corazones de salud, a partir de aquí tendremos que explorar una serie de etapas generadas al azar con el fin de encontrar y activar estas máquinas depuradoras, llevar cabo esta tarea no nos llevará más de 10 o 15 minutos. A lo largo de cada escenario nos toparemos con todo tipo de enemigos que al matarlos nos dejarán caer algunas bonificaciones, pero también soltarán una pequeña cantidad de radiación que nuestro personaje irá absorbiendo hasta que logre una mutación. Estos poderes son de carácter activo y pasivo y serán el eje por el cual Rad resulta tan adictivo pues existen tantas variaciones que invita a la experimentación. Desde que a nuestro personaje le crezcan alas de murciélago, hasta que lance un brazo a modo de boomerang. Esto no solo le dará a nuestro personaje un cambio de imagen visual, si no que existen tantas combinaciones que le dan al juego una personalidad casi infinita. Ver al protagonista con su cuerpo repleto de pinchos empaladores, es una experiencia que no se olvida fácilmente. No obstante, y a pesar de que las mutaciones son todo un atractivo, también podremos luchar a través de combates cuerpo a cuerpo contra los monstruos gracias a nuestro bate. Debo decir, que las peleas resultan totalmente placenteras y fluidas gracias a los entornos parcialmente destruibles y a algunos elementos que podremos usar en beneficio propio para dañar a los enemigos. A medida que vamos progresando, podremos incorporar elementos, mutaciones y objetos de colección para reforzar nuestro arsenal.

    Rad es un juego muy difícil, tanto que en muchas ocasiones es frustrante. Puedes ir con la salud llena, potenciadores y mutaciones listas para matar a cualquier ser mutante e inesperadamente toparte con una emboscada, morir y regresar al menú principal. Lo bueno que empezar de nuevo representa un escenario totalmente diferente y de alguna manera la experiencia resulta menos repetitiva.

    Gráficos y Sonido

    El universo y la trama que giran en torno a Rad es sin duda fantástico, toda una declaración de amor a aquellos juegos ‘old school’ y en general a la estética que nos acompañó durante la década de los 80. Este sentimiento es palpable gracias a la estética de los personajes, la jerga, la tecnología y las referencias a la cultura pop a lo largo de toda la partida.

    Todo ello invita a pensar que esa serie de apocalipsis tuvieron lugar en algún momento de 1980, y el juego utiliza este hecho para crear un mundo que se siente como un campo de minas retro sin que ello se torne demasiado temático. Los niveles repletos de detalles, desde máquinas recreativas de Pac-Man, la estética punk, el narrador, o los típicos casetes de la época a modo de moneda de cambio dan al título un ambiente nostálgico que combina a la perfección con los entornos coloridos y los incandescentes neones bajo un páramo desolado. En cuanto al diseño de las criaturas, aunque existe cierta variedad entre ellas no terminan de encajar en la estética, especialmente si las comparamos con el aspecto deslumbrante, eclético y único de las mutaciones posibles de nuestro personaje.

    Como no podía ser de otro modo Rad apuesta por una banda sonora muy variada que viene marcada por los sintetizadores y las guitarras eléctricas. Si te gusta la música de la época como a una servidora, estoy segura de que la banda sonora será un extra a la hora de patear a los enemigos.

    Conclusión

    Aunque no estamos frente al mejor juego de Double Fine, Rad es una propuesta sencilla pero divertida e ingeniosa. La variedad de potenciadores, aleatoriedad en los mapas o el amplio abanico de mutaciones para nuestro personaje garantizan una experiencia fresca y adictiva. A todo ello hay que sumar su orgánico universo distópico, una banda sonora maravillosa y una dificultad digna de los clásicos de la época que de seguro te proporcionará varias horas de entretenimiento.

    RAD

    19,99€
    7.9

    Historia

    6.0/10

    Jugabilidad

    8.5/10

    Gráficos

    7.5/10

    Sonido

    9.0/10

    Diversión / Duración

    8.5/10

    Pros

    • Juego variado
    • Dificultad
    • Buena banda sonora

    Cons

    • No tiene modo multijugador ni online ni local
    • El diseño de enemigos no termina de casar con la estética del juego