Análisis | Shaq Fu: A Legend Reborn
13 junio 2018Allá por 1994, salió Shaq-Fu, denominado uno de los peores videojuegos de la historia. Ahora más o menos dos décadas más tarde, el bueno de Shaquille O’Neal nos anunció que estaba en desarrollo la segunda parte de este juego Shaq Fu: A Legend Reborn.
Ahora saliendo gracias a Indiegogo, los chicos de Big Deez Productions, nos traen un Beat’em Up de nuevo las aventuras de Shaq, y creedme que este género le sienta la mar de bien a este juego.
Para hablar del argumento no se si habrá que hablar primero de los psicotrópicos que se han tomado los que se han sacado el guión de la manga, porque es lo más loco y maravilloso que os podáis echar en cara. Shaq Fu: A Legend Reborn nos pone en el papel de Shaq Fei Hung, un chino negro, alto y letal, casi nada, y deberemos de hacer frente a unas celebrities que resultan ser demonios que quieren dominar el mundo.
Si aún no estáis corriendo para comprar el juego, esperaos porque hay más, porque todo el argumento está lleno de guiños y con rebosando sentido del humor, eso si, a veces puede llegar a ser un humor muy tonto, pero creedme que os sacará más de una risa en lo que dura el juego.
Shaq Fu: A Legend Reborn es un «yo contra el barrio» al estilo Street of Rage, Final Fight, Double Dragon, aunque tampoco esperéis la reinvención del género. Para repartir leña en el juego, contaremos con un ataque débil y otro fuerte que se carga conforme vayamos usando el ataque débil usando pequeños y sencillos combos. También contaremos con un ataque que dejará a los enemigos atontados y un ataque especial que hace daño en una zona, pudiendo ser usado como ataque de masas. Si tenemos suerte también surgirá un ataque que dependiendo del contexto, hará una cosa u otra, desde dar un golpe fuerte hasta poder devolver un proyectil a los enemigos.
Para completar el control del juego también tendremos un botón para esquivar, otro para saltar y la opción como no de usar armas, que van desde una espada hasta otras tan dispares como un barril de cerveza.
Al principio y hasta que nos adaptemos, el control resulta un poco tosco, pero conforme juguemos nos haremos con el sin problemas. Como podéis ver, nada que no esté ya inventado.
Una cosa que si es nueva en el género es que las armas que recojamos por el escenario, se regeneran, por lo que no tendremos que preocuparnos de hacer uso de ellas. También contaremos con trajes especiales con el que nos convertiremos en imparables máquinas de matar.
Shaq Fu: A Legend Reborn no es un juego excesivamente largo, ya que en 3 o 4 horas dependiendo de nuestra habilidad podremos terminarlo. El juego tiene 6 fases muy diferenciadas en ambientación y enemigos, aunque en este tipo de juegos ya se sabe, el reciclado de los enemigos está a la orden del día.
Cada fase de las que consta el juego tiene a su vez un jefe final, que estos si, no se repiten a lo largo del juego. Los combates contra estos, no son demasiado exigentes, ya que muchas veces cuesta más llegar a ellos que acabar con el jefe de la fase.
Jugándolo en modo normal, el juego puede resultar un paseo y en modo difícil puede resultar complicado debido al control tosco y poco preciso, algo que se debería de calibrar algo mejor. Lo bueno que tiene esto, que una vez superado el juego, podemos volver a jugar algunas fases, empezando en el punto de control que queramos y eligiendo el nivel de dificultad que deseemos.
Shaq Fu: A Legend Reborn cumple con su cometido y es agradable de ver sin llegar a destacar en ninguno de sus apartados. Hace uso de un estilo de dibujo animado sin llegar a usar el cell-shading y diferenciando bien los escenarios por los que vamos pasando. Eso sí, podemos apreciar un downgrade gráfico con lo que en un principio pudimos ver en la campaña de crowfunding.
La música de estilo hip-hop acompaña la acción y cumple con su cometido de ambientar el juego, siendo las voces (en inglés) también muy acertadas para darle al juego ese toque de humor con el que está realizado casi todo.
Shaq Fu: A Legend Reborn es un Beat’em Up que sin llegar a innovar ni al nivel de otros Beat’em Up clásicos, cumple con su cometido de entretener.
Lo peor del juego quizás sea su escasa duración y el downgrade que ha sufrido, aunque la verdad que me he divertido mucho jugándolo ya que tiene unas mecánicas entretenidas, algo de rejugabilidad y una estética sencilla pero efectiva. Esto único a su sentido del humor y a las varias carcajadas que me ha conseguido arrancar consigue mi beneplácito.
Un error imperdonable eso si es no poder disfrutar de Shaq Fu: A Legend Reborn en compañía, ya que ganaría enteros pudiéndolo disfrutar junto con un amigo.