Análisis | Stonefly

Análisis | Stonefly

8 junio 2021 0 Por Alejandro Altaber

Los creadores de Creature in the Well prueban suerte con una original aventura que encandila por su belleza artística, pero que acaba fallando en términos jugables y narrativos.

Ficha Técnica

  • Título: Stonefly
  • Desarrollador: Flight School Studio
  • Editora: MWM Interactive
  • Número de Jugadores: 1
  • Plataformas: PS4, PS5, Xbox One, Xbox Series X/S, Switch yPC
  • PEGI: +3
  • Fecha de salida: 1 de junio de 2021
  • Idioma: Textos en español
  • Género: Aventura, Acción

 

Si por algo destaca el equipo independiente de Flight School Studio es por el atrevimiento y singularidad que ponen en sus proyectos, sin miedo a aventurarse en nuevas plataformas y firmando juegos tremendamente variados. En su corta existencia han completado hasta cinco desarrollos, incluidos dos experiencias VR, pero si hay un título que destaca por encima del resto es Creature in the Well, obra con la que ganaron muchísimo reconocimiento gracias a la notable mezcla de elementos dungeon crawler, pinball y hack and slash.

Casi sin tiempo para saborear el éxito se centraron plenamente en su siguiente juego que hoy analizamos, Stonefly, una tranquila aventura de autodescubrimiento, familia, legado y pertenencia que nos dejó boquiabiertos en su anuncio debido al atractivo estilo y diseño de escenarios y personajes. El frenetismo de Creature in the Well deja paso a una sosegada y tranquila propuesta que esta vez no ha conseguido encontrar un equilibro acertado en algunas de sus principales características.

La historia de ‘Stonefly nos pone en la piel de Annika Stonefly, una inventora tan brillante como inocente, deberá recuperar una preciada reliquia familiar sirviéndose de su ingenio y su destreza. Así comienza el viaje de una protagonista que vive en un mundo donde la flora y fauna tienen unas enormes dimensiones, donde viviremos un proceso de autodescubrimiento y madurez a través de una conmovedora historia sobre los lazos familiares, la amistad, el compañerismo y la obligación de superar el pasado para afrontar el futuro.

Temas muy profundos que van desarrollándose mediante una narrativa no apta para todos los públicos, avanzando de manera pesada y predecible, sin aportar demasiado a los hechos de la trama inicial. En total tenemos unas 6-7 horas de juego que incluso se sienten alargadas en ciertas ocasiones, dejando una sensación agridulce de que mediante unos pocos retoques habrían ofrecido un resultado mucho más positivo aprovechando la construcción del genial universo que lo rodea.

La jugabilidad es posiblemente la faceta más curiosa de Stonefly, siendo una aventura con toques de acción en perspectiva cenital mientras montamos y manejamos mechas con forma de insecto. Además, dada la posibilidad de planear, el plataformeo juega un papel fundamental en la aventura y gran parte de ella nos vemos entre saltos de hoja en hoja, aprovechando la fuerza de las corrientes de aire para no caer al suelo y alcanzar lugares lejanos.

Y al igual que la historia se narra con tranquilidad, la exploración sigue los mismos parámetros moviéndonos con parsimonia recolectando recursos y combatiendo ante otros insectos para ir progresando en la obtención de nuevas habilidades y piezas especializadas que mejoren nuestro bicho volador tecnológico. Aunque parece un punto a su favor, el propio diseño y la cámara escogida terminan volviéndose en su contra. Ya se podía vislumbrar en las primeras imágenes y vídeos promocionales, y es que la paleta de colores confunde muchísimo y se tienen problemas para manejar la profundidad de los objetos y los límites de los escenarios.

Aun así, cabe destacar que el juego pone de su parte para facilitar el camino a seguir mediante una especie de moscas con luz que marcan el siguiente objetivo de la misión. Asimismo, existen numerosos puntos de viaje rápido para regresar a otros puntos del nivel si nos hemos alejado demasiado explorando otros rincones. Y hablando de las misiones, prácticamente todas siguen la misma estructura de avanzar entre plataformas, completar ciertas arenas de combate y finalmente continuar superando los escenarios.

En lo que se refiere a las batallas, nuestro ‘mecha’ no tiene una propia barra de salud, sino que todo depende de la barra de resistencia. Contamos con una herramienta de reparación que se va recargando progresivamente, pero si recibimos excesivos daños y consumimos toda la resistencia, los siguientes envites afectan de forma directa a los sistemas del ‘mecha’ perdiendo algunas de sus facultades como puede ser el planeo el uso de explosivos, entre otros. Si seguimos sumando daños y nos llevan al límite, o también si nos tiran al vacío, sí morimos y debemos repetirlo regresando al anterior punto de control.

Exploración, combate, y casi como en cualquier otra propuesta cercana al género del RPG más casual, aparece el sistema de progresión. En el caso de Stonefly va unido a los campamentos, la base central donde descansamos, entablamos relación con otros personajes fieles compañeros de Annika, y como no, mejoramos los parámetros y funcionalidades del ‘mecha’. A través de la adquisición y desbloqueo de planos se abre la opción de crear e implementar mejoras de ataque, defensa, salto, resistencia, esquiva, etc. De hecho, tal y como avanzamos en la aventura el árbol de habilidades va creciendo paulatinamente, entrando en juego el componente de ‘crafteo’ de recursos para acceder a ellas, y de hecho, en ocasiones estamos casi obligados a hacerlo alargando de manera artificial la duración del título.

Flight School Studio ha cometido ciertos errores en el aspecto jugable, pero audiovisualmente derrocha un estilo único y muy personal. Creado a mano y lleno de detalles, está inspirado en el diseño moderno de mediados del siglo XX y en la propia naturaleza. Stonefly exhibe un precioso mundo pintado en acuarela mediante una selección de colores excepcional, logrando mostrar unos escenarios ricos y variados, aunque como hemos comentado en anterioridad, juega malas pasadas al explorarlos.

Por último, la banda sonora te sumerge de lleno en el universo con melodías tranquilas y ambientales que se amoldan con elegancia al resto de elementos de la aventura. Sonidos originales y eclécticos compuestos  por el artista berlinés de música electrónica Natureboy Flako, y el único defecto que le hayamos es una mayor falta de variedad a los temas, volviéndose repetitivos rápidamente.

Conclusión

En Flight School Studio no falta originalidad y buenas ideas, y así lo llevan demostrando en los últimos años, no obstante en esta ocasión no han sabido acertar con todo lo que se proponían conceptualmente. A nivel artístico tenían claro lo que querían plasmar y han dado en el clavo con el estilo arrebatador, pero al trasladarlo al puro aspecto jugable surgen ciertos efectos difíciles de enmascarar. Además, la historia tampoco termina convenciendo en absoluto, difuminándose respecto a su premisa, y en resumidas cuentas, adolece de una falta de equilibrio en el combate, exploración y progresión. Tras el rotundo acierto de Creature in the Well quizás esperábamos un poco más de Stonefly, si bien estamos seguros de que los desarrolladores tomaran buena nota del feedback de la comunidad y emplearán todo su talento en el siguiente proyecto.

Stonefly

19,99€
6.9

Historia

6.0/10

Jugabilidad

7.0/10

Gráficos

8.0/10

Sonido

7.0/10

Diversión / Duración

6.5/10

Pros

  • Artísticamente es una auténtica preciosidad
  • El sistema de combate y movimientos por el escenario
  • Un buen número de geniales ideas...

Cons

  • ... que no acaban funcionando como deberían
  • Se siente alargado artificialmente volviéndose repetitivo
  • El estilo visual y la cámara juegan en su contra al interactuar con los escenarios