Análisis | Tails of Iron

¿Estás buscando un juego desafiante, con una buena trama y que además sea bonito?, no busques más. Desde Odd Bug Studio, equipo independiente afincado en Manchester (Reino Unido) llega Tails of Iron, una propuesta de rol y combates intensos, cuyo apartado audiovisual no deja a nadie indiferente.

Tails of Iron se desarrolla en un mundo de fantasía medieval oscuro donde ratas y ranas mantienen una guerra abierta desde tiempos atrás. Todo esto cambió en el momento en que Rattus I toma el trono, consiguiendo hacer frente a las hordas enemigas y devolviéndolas de nuevo, hacia los pantanos putrefactos de donde provenían. El rey, apodado Rattus el Salvador tras los eventos, trajo la paz y la prosperidad a su pueblo. Pero los años pasaron, el monarca envejeció y sus fuerzas ya no eran las mismas de antaño. Momento en que las ranas aprovecharon para reunir tropas y contraatacar.

Bajo esta sencilla premisa, Tails of Iron nos presenta a Redgi, heredero al trono devastado, después de que su padre fuera asesinado por Verruga Verde, líder de las ranas. Ahora debe tomar el poder y levantar su reino de las cenizas. Tal y como se presenta el juego a través del arte, cualquiera podría pensar de que se trata de un juego para niños, pues parece un cuento ilustrado a mano. Pero cuando estás a los mandos la sensación es muy distinta, pues ya a los pocos minutos de partida te encuentras con un escenario bélico y sangriento que perdura a lo largo de la experiencia.

La historia principal se complementa con una amplia variedad de misiones secundarias que puedes encontrar en los tablones de las ciudades. Estas misiones generalmente se reducen a limpiar nidos de larvas, luchar contra extrañas bestias o combatir en duelo en la arena. Todo ello ayudará ganar terreno sobre las ranas a la par que reconstruimos el reino. Es muy satisfactorio ver como poco a poco, las fortalezas, las aldeas y las gentes van recuperándose. La atmósfera que han conseguido crear desde Odd Bug es espectacular. Los escenarios, la iluminación o la profundidad de los mismos. El variado diseño de los personajes, las animaciones y cada detalle junto al apartado sonoro no hacen más que elevar la inmersión a lo largo de la partida. El diálogo entre personajes se compone de imágenes y animaciones, pero el juego logra transmitir el mensaje. Los sonidos nítidos de los choques de espadas, los disparos, los pasos y la gente del pueblo haciendo su día revelan el estado de ánimo a la par que otorgan profundidad emocional y vida a Tails of Iron. Sin embargo, el broche de oro lo pone su narrador. Doug Cockle, la voz de Geralt de Rivia en el videojuego The Witcher 3: Wild Hunt, ayuda a contar la fascinante historia que han conseguido crear. Una trama que no solo se revela a través de la narrativa principal, si no también a través de las relaciones entre los protagonistas y el mundo que les rodea.

Tails of Iron recuerda a otras obras como Hollow Knight, Salt & Sanctuary o incluso Pharaonic por sus combates difíciles pero gratificantes que se ven reforzados gracias a la retroalimentación háptica DualSense en PS5. Los ataques enemigos se representan mediante símbolos que avisan al jugador que acción podrá realizar para evadirlo. Por ejemplo, los ataques en blanco deben bloquearse mediante un escudo, los ataques rojos deben esquivarse y los ataques amarillos deben contraatacarse. Redgi también puede curarse a través de su frasco de pociones que se puede rellenar saqueando insectos o en barriles designados que se encuentran en todo el mundo. Cada jefe de nivel tiene su propia animación a la hora de asestarle el último golpe, sintiéndose una gran satisfacción después del combate. Más teniendo en cuenta que derribarlos no es nada sencillo, y es más que probable que te cueste varios intentos. Aunque si mueres, no te preocupes. Por suerte el juego dispone de muchos puntos de guardado.

Tails of Iron pone a nuestra disposición atuendos y armas que afectan las estadísticas. Desde armaduras ligeras y pesadas hasta espadas, hachas, lanzas e incluso armas de fuego. La mayoría pueden comprarse en mercaderes, pero también forjarlas en el herrero mediante planos, en tesoros ocultos o derrotando a los jefes. Las armaduras además de aumentar la defensa, ofrecen resistencias a diferentes tipos de enemigos, por lo que es esencial cambiar tu carga con frecuencia. Si bien no hay un medidor de resistencia, Tails of Iron utiliza un sistema de peso, donde una armadura más pesada puede brindar una mejor protección, pero a costa de movimientos lentos. Las diferentes armas también ejecutan movimientos únicos. Las lanzas son rápidas y ágiles, pero más débiles, mientras que los martillos golpean más lento, pero más fuerte. La salud máxima aumenta al llevarle alimentos raros al cocinero mientras te prepara una comida abundante digna de un rey.

Tails of Iron goza de un amplio abanico de enemigos y jefes, cada uno con su propio nivel de desafío. Además, otros personajes pueden ayudarte durante ciertas misiones, agregando una agradable sensación de juego cooperativo a un juego que de otra manera sería solo. Aunque eso no significa que sean útiles.

Hemos pasado un rato agradable jugando a Tails of Iron. Su magnífico apartado audiovisual y su sólido sistema de combate son las grandes bazas de esta propuesta independiente. Ha sido muy sencillo ponerse en los bigotes de Redgi, y luchar codo con codo a su lado con el único objetivo de devolverle el reino de las malvadas ranas.

Sin embargo, los combates son difíciles, tanto, que tendrás que repetir los enfrentamientos una y otra vez. Ensayo y error. A nosotros nos ha encantado, pero es posible que perturbe la experiencia de algunos jugadores. Pero si sabes a lo que te enfrentas, no puede faltar en tu colección.

Tails of Iron

39,99€

8.5

Historia

7.0/10

Jugabilidad

9.0/10

Gráficos

9.5/10

Sonido

9.0/10

Diversión / Duración

8.0/10

Pros

• Espectacular apartado audiovisual
• Potente y divertido sistema de combate
• Escenarios que invitan a la exploración

Cons

• Combates «souls-like» no aptos para todos