Análisis | The Outer Worlds

Análisis | The Outer Worlds

14 noviembre 2019 0 Por Alex Fdez

Un RPG sin demasiadas pretensiones pero con muchos aciertos.

Ficha Técnica

Título: The Outer Worlds
Desarrollador: Obsidian
Producción: Private Division
Distribuidor: Private Division
Número de Jugadores: 1
Plataformas: PlayStation 4
PEGI: 18
Fecha de salida: 25 de octubre del 2019
Idioma: Castellano (textos), inglés (voces)
Género: RPG
Precio: Cómpralo ya desde 59,99€

A veces puede ser arriesgado lanzarse a desarrollar un juego que buscar ser una secuela «espiritual» como lo ha hecho Obsidian. Después de Fallout: New Vegas, The Outer Worlds se presenta como un juego AA (con más presupuesto que un indie pero sin el apoyo de una empresa como Bethesda) que sigue la estela del anterior en varios mundos diferentes.

En The Outer Worlds juegas como un superviviente de una nave perdida durante 70 años. Rescatado por Phineas Welles (una suerte de Doc Brown buscando a su Marty), tienes la libertad absoluta para decidir tu futuro y el de todos en la colonia de Halcyon.

Y ahí es donde The Outer Worlds brilla de forma espléndida: tu elección. Obsidian Entertainment nos ha deleitado en la creación de juegos de rol multicapa donde cada una de las decisiones, a priori incidentales, puede tener consecuencias a largo plazo. Todas las opciones que se te proponen suelen acabar con alguien (o todos) sufriendo, así que acostúmbrate a quedarte pensando en cómo arreglar lo que acabas de hacer.

Al igual que en New Vegas, podrás relacionarte con todo tipo de facciones, algunas buenas y otras malas, aumentando tu nivel de interacción con ellos. Las relaciones que desarrolles con las diversas corporaciones, insurgentes y facciones independientes determinarán cómo se desarrolla la dramática historia de la colonia Halcyon.

A nivel de jugabilidad, tiene todo lo que puedes esperar de él. Hay cerraduras que forzar, terminales para hackear y cajas en las que rebuscar. Un sistema llamado Tactical Time Dilation permite a tu personaje ralentizar el tiempo y apuntar a partes específicas del cuerpo de los enemigos. La narrativa es genial, con colonias abandonadas y trágicas historias que cubren todo el paraje.

También se exhibe una evolución de la sátira apocalíptica de Fallout, actualizada para el siglo XXI. Todo el sistema Halcyon es una utopía en descomposición, con la vida controlada por la ideología corporativa de la Junta. Las bromas sobre el consumismo y la ideología corporativa nunca parece exagerada. De hecho, el marketing y la causística de estas organizaciones hace que este mundo se sienta aún más plausible (con fuertes paralelos al nuestro).

The Outer Worlds no presenta un mundo único y extenso que se pueda atravesar de un lado a otro a voluntad. En cambio, presenta varios mapas expansivos que piden ser explorados. El registro de misiones pronto se llenará, con marcadores repartidos en varias ubicaciones diferentes en el sistema Halcyon a las que puede viajar utilizando tu nave espacial.

La jugabilidad es, como era de esperar, importantísima como en todos los juegos de género RPG en primera persona. No hay escasez de armas, armaduras y artículos que puedes saquear o comprar (todos marcados por las corporaciones de Halcyon con su correspondiente descripción hilarante). También puedes encontrar «armas científicas» especiales escondidas alrededor de la colonia Halcyon. Estos van desde rayos retráctiles hasta pistolas de control mental. Puede que no parezcan tan viables como tu arma de mano habitual, pero cuando te enfrentas a una enorme bestia alienígena que intenta devorarte a ti y a tus compañeros, ¡tener un rayo retráctil puede ser útil!

Hablando de tus compañeros, son un componente clave del combate. Puedes elegir su postura predeterminada (agresiva, pasiva o defensiva), y una vez en combate, puedes seleccionar rápidamente a qué enemigos deben enfrentarse usando sus ataques normales o especiales. Los ataques especiales de tus compañeros vienen con sus propias escenas, que afortunadamente son lo suficientemente cortas como para que no se vuelvan demasiado molestas. Tus compañeros también suben de nivel contigo, proporcionando estadísticas y habilidades clave que te complementen.

Es probable que The Outer Worlds no gane ningún premio por sus gráficos, pero ciertamente sí debería por su diseño. Cada mundo alienígena es distinto, con su propia flora y fauna (incluidos muchos monstruos imaginativos con dientes grandes tratando de comerte). Las pantallas de carga presentan cuadros de anatomía dibujados a mano en un estilo del siglo XIX, que muestran la estructura esquelética, los órganos internos y los ciclos reproductivos de cada animal. Esto los hace sentir como criaturas «reales» descubiertas y diseccionadas por naturalistas pioneros.

Si bien la música no me impresionó (está bien escrita, sin nada demasiado memorable), la actuación de voz sí que lo hizo. En general, los personajes brillan con personalidad y profundidad, y tus compañeros son encantadores y nada redundante. Me gusta especialmente ADA, el ordenador inteligente de tu nave. Sus comentarios sarcásticos, junto con su desprecio por su tripulación, nunca fallan en hacerme sonreír. Los compañeros tienen mucho rango de crecimiento personal, ya que tienen historias secundarias que desbloquean beneficios ocultos.

The Outer Worlds es un triunfo para Obsidian Entertainment y los juegos de AA en general. Se propusieron crear un sucesor a New Vegas y tuvieron éxito en todos los niveles imaginables. Cada mecánica del juego, incluido el sistema de facciones, es un acierto absoluto. Es posible que The Outer Worlds no reinvente el género, pero es un ejemplo sobresaliente de cuán interesantes pueden ser los juegos de rol cuando se les pone pasión.

The Outer Worlds

59,99€
8.5

Historia

9.0/10

Jugabilidad

8.5/10

Gráficos

8.0/10

Sonido

8.0/10

Diversión

9.0/10

Pros

  • Las múltiples opciones te permiten desarrollar la historia que quieras.
  • Los personajes, compañeros o no, hacen que todo el universo se sienta vivo.
  • No reinventa el género, pero acierta en todo.

Cons

  • Quizás la IA a veces se vuelve un poco idiota.