Análisis | Worldless

Analizamos Worldless una propuesta de plataformas, exploración, combates por turnos y alma GRIS.

La primera vez que vi imágenes de Worldless del equipo Noname Studios, me enamoró. Su peculiar estilo minimalista y animación única me recordó mucho a Gris, el galardonado título del equipo catalán Nomada Studio. Y en cierto modo, mi intuición (y admiración) no me falló, ya que algunos integrantes del equipo de desarrollo de Gris, entre ellos Joel Roset, hermano de Conrad Roset se encuentra detrás de este metroidvania en 2D de corte minimalista que pone la guinda a un año cargado de grandes títulos de la escena independiente española como Blasphemous 2, The Many Pieces of Mr. Coo, Minabo o American Arcadia por nombrar tan solo algunos. 

Worldless se desarrolla en un universo cósmico donde las reglas existenciales están por definir. En este misterioso escenario los jugadores comenzaremos un viaje dominado por dos facciones y cuya narrativa nos arrastrará hacia una lucha constante contra las fuerzas opuestas. La trama de Wordless es bastante difusa y se cuenta a través de los estelares escenarios y las escasas conversaciones con un misterioso ente, dando lugar a distintas interpretaciones de la historia. 

Como os contaba unas líneas más arriba, Worldless es un juego de plataformas con una estética única, limpia e impresionante cuyo núcleo serán los combates por turnos. Ya desde los primeros minutos de partida el juego nos arrastra hacia el foco de la acción para contarnos cómo funcionan las mecánicas a la hora de enfrentarnos a los primeros enemigos. En cada turno de ataque tendremos un tiempo limitado para ejecutar distintos golpes, ya sean físicos o mágicos para, una vez se acabe el tiempo, pasemos a una posición defensiva de la que tendremos dos opciones dependiendo si el ataque del contrincante es mágico o cuerpo a cuerpo. Para ello tendremos que estar atentos a las señales luminosas antes de cada ataque. En caso de equivocarnos de defensa el enemigo nos causará daño. Es una mecánica de la cual cuesta acostumbrarse, pero una vez te haces a ella, las peleas terminan por disfrutarse. Una vez derrotado el enemigo podremos absorberlo para mejorar nuestras habilidades. Además, el título ofrece la opción de entrenar y rememorar aquellas peleas contra jefes que tanto nos costaron, a través de una sala de entrenamiento. 

Por otro lado, además de pelear el juego nos brinda la posibilidad de perdernos entre los amplios y serenos escenarios repletos de plataformas marcando nuestro propio ritmo. La flora que nos rodea y que podremos activar para que se reproduzca a nuestro paso es un deleite que en lo personal me recordó a Pode. De igual modo, con tan solo pulsar un botón, podremos activar plataformas para acceder a nuevas zonas y biomas. 

El mundo de Worldless a juzgar por su escasa paleta de colores y estilizados trazados, es vibrante y relajante, perfecto para matizar los momentos que vienen marcados por la acción de unos combates exigentes a nivel de concentración y reflejos, sobre todo, avanzada la partida y contra algunos mini-jefes. Por suerte, el juego es un tanto benevolente y al morir, en vez de comenzar desde el último punto de control, lo haremos cerca de la última muerte. Como os decía, el combate es el epicentro del título y al igual que los juegos de Sloclap, Absolver y Sifu, el jugador más que pelear, tendrá la sensación de participar en un exigente baile coreografiado basado en la observación del atacante. Worldless es un auténtico reto y en ocasiones, hasta frustrante, pero todo ello junto a las gráciles animaciones o el espectacular apartado visual minimalista brindan al jugador una experiencia de juego muy harmoniosa siendo difícil encontrar el momento de dejar la partida. El estilo minimalista del juego se extiende también a su interfaz. Además del menú principal, los jugadores tendremos acceso a la mayoría de las opciones como puede ser el árbol de habilidades o el mapa. Su diseño es orgánico y se integra perfectamente a la atmósfera del juego ayudando a la inmersión, pero en ocasiones, sobre todo el funcionamiento del mapa al inicio de la partida puede llevarnos un tiempo a entender cómo funciona.

La música juega un papel primordial y casa perfectamente con el tono del juego.  No hacen falta las palabras ni extensas líneas de texto para comprender cada acontecimiento a través de este idioma universal. Las notas a piano son etéreas a la par que mágicas, que, en combinación con los elegantes efectos de sonido de la flora a nuestro paso, consigue recrear un bello universo de soledad donde todo está conectado. 

Worldless es una propuesta indie muy ambiciosa que ha conseguido combinar exploración, plataformas y exigentes combates por turnos de forma exquisita. A los mandos es un juego que se siente muy sólido con una experiencia de juego harmoniosa. Los escenarios son sencillos y e esquemáticos, pero rebosan misticismo y mimo por el detalle. Sin embargo, la historia un tanto opaca o el enfoque a la hora de fusionar combates por turnos a un metroidvania quizá no guste a los jugadores más puristas. El resto lo va a gozar.

Worldless

19,99€

8.2

Historia

6.0/10

Jugabilidad

8.5/10

Gráficos

9.5/10

Sonido

8.5/10

Duración / Diversión

8.5/10

Pros

• Interfaz con gran coherencia estética
• Combates exigentes y divertidos
• Escenarios variados de gran belleza

Cons

• La sencillez del mapa afecta a la orientación