Artículo | El accidente de Destruction Allstars

Artículo | El accidente de Destruction Allstars

15 febrero 2021 0 Por Pablo Valdés

Coches y trompazos.

Tras casi 2 semanas desde su salida, y después de que mi compañero Alejandro Altaber publicase el correspondiente análisis, creo que es un buen momento para comentar las idas y venidas de Destruction AllStars, la nueva apuesta de PlayStation 5 desarrollada por el estudio inglés Lucid Games. El título anunciado en el evento del pasado mes de junio se nos presentaba como un proyecto más o menos innovador, porque, a quién, vamos a engañar, a todos se nos ha venido a la cabeza Rocket League cuando vimos que esto iba de coches, golpes y frenéticos movimientos.

Sony decidió relativamente cerca de su lanzamiento previsto para noviembre, hacer una recogida de cable de lo más brusca, la cual implicó reacciones de todo tipo. Por un lado, todavía no sabíamos de qué trataba el videojuego exactamente (e incluso la semana de antes de su posterior puesta en el mercado el 2 de febrero) ya que no fue hasta 5 días del lanzamiento oficial que se nos mostró por fin un extenso video en forma de gameplay, pero lo que sí teníamos en cuenta era que la intención que la compañía de Jim Ryan tenía en mente era la de cobrar la excesiva cantidad de ochenta euros por un producto desconocido, creando aún más incertidumbre de la que ya había sobre la pista.

Destruction AllStars es uno de esos juegos que apostó todas sus mecánicas jugables  a solo una idea, que sí o sí deberá expandirse en el futuro si no quiere quedar atrasado ni olvidado por los jugadores. Esa idea es la de pegarse y meterse los máximos golpes posibles hasta destruir los vehículos de nuestros oponentes. En un principio el concepto suena divertido, pero ahí queda la cosa, en un primer momento, porque conforme juguemos más horas, nos quedaremos sin incentivos que hagan que queramos volver a competir, ya que la obra no da más de sí.

Todo está centrado en esa modalidad, pero el estudio únicamente se ha limitado a retocar, de forma escasamente limitada la forma de Caos, la fase jugable más simple en la que todo lo que hagamos suma puntos, desde robar coches, hasta cualquier roce que provoquemos en los vehículos de nuestros oponentes.

Se nos proponen 3 variantes aparte de Mayhem (“Caos”, pero en inglés suena mejor). La primera de ellas es Gridfall, una especie de battle royale, consistente en una arena limitada en la que el suelo va consumiéndose bajo nuestros pies, hasta que solo uno quede sobre el mismo. De algo me suena este modo… Y no es previsible, viendo que ninguno de las modalidades destacan por su originalidad, sino, como ya he mencionada, de una mezcla de ideas ya vistas anteriormente en otros videojuegos como Fall Guys o Titanfall.

Por otro lado, encontramos Carnado, un modo que nos propone unos puntos que hacen la función de un banco, donde se nos obliga a depositar los engranajes que hayamos conseguido durante la partida, porque si nos eliminan antes de depositarlos en esta especie de “huchas”, lo perderemos todo.

En último lugar, porque sí, no hay más modalidades, está Gridfall, que no hace más que darle otra vuelta de tuerca a su hermano Carnado. Aquí los engranajes pueden ser almacenados en hasta 3 puntos de color diferentes, que deberemos llenar con un número determinado de engranajes para apuntarnos ese almacén a nuestro favor, algo así como capturar una zona en particular a favor de nuestro equipo, es decir, un dominio. Nada nuevo bajo el sol de Barcelona.

Y no, no he escrito Barcelona por casualidad, sino, porque uno de los 4 escenarios “diferentes” que se nos proponen es la ciudad española. Aunque de distintos no tienen literalmente nada, ya que todos son idénticos. Es algo bastante negativo, porque si se apreciaran claras variantes en los circuitos, se podrían plantear muchas estrategias y caminos que no siempre fueran sinónimos. Añadiendo así más originalidad, y no tanta monotonía en absolutamente todo lo que se nos ofrece.

Otro punto que nos presenta la obra de Lucid Games son los personajes, que más que aportar frescura, dan la sensación de haber sido creados para alegrar y sacar una sonrisa a más de uno, así como de pensar qué han tenido en cuenta el equipo creativo a la hora de crearlos. Encontramos desde cosplayers futuristas y youtubers, hasta el típico luchador mejicano y un extraño concepto algo olvidable como el de un muñeco con una caja de cartón en la cabeza. Cada uno cuenta con un diseño, vehículo y habilidades diferentes, tanto la del coche como la de a pie, pero tampoco consiguen marcar una diferencia en lo que al gameplay se refiere, siendo todo muy parejo.

La cosa nos sale a devolver en otro de sus puntos, y diría que es de los más débiles. Cada uno de estos personajes cuentan con un “modo historia” o desafío al que, principalmente todo, según pensaba, todo iba a ser gratuito, pero no, pues solo nos olvidamos de pasar por caja en el primero de todos ellos, ya que todos los siguientes serán de pago…

Hasta aquí una reflexión que quería comentar sobre Destruction AllStars, un título que divierte durante sus primeras horas, pero que a la larga pierde esa frescura, pecando de simple y limitado. Por ahora creo que lo mejor es dejar los coches aparcados en el garaje. Claro está que tiene potencial, pero solamente si se le añade un planteamiento que aumente en mayoría sus más que repetibles mecánicas.

Recordamos que Destruction AllStars está disponible de forma gratuita y en exclusiva en PlayStation 5 junto con la suscripción a PlayStation Plus durante los meses de febrero y marzo de 2021.