Reseña | Antología Osamu Tezuka

Reseña | Antología Osamu Tezuka

22 mayo 2018 0 Por Víctor González Valle

Planeta Cómic publica varias de las obras más desconocidas del legendario autor de manga en un tomo de lujo.

Ficha Técnica

Título: Antología Osamu Tezuka

Editorial: Planeta Cómic

Edición: Tomo único de tapa dura

Número de Paginas: 932 en blanco y negro

Autor: Osamu Tezuka

Osamu Tezuka, nacido en 1928 en Toyonaka, Osaka, y lamentablemente fallecido en el año 1989 a los 60 años es conocido como uno de los padres del manga moderno, gracias a sus revolucionarias viñetas allá por los años 40 en adelante.

Probablemente la mayoría de gente lo conozca por su obra más famosa, Tetsuwan Atom, o más conocido en nuestras tierras como Astroboy, asi como obras posteriores como Adolf, pero en esta antología, Planeta Cómic ha decidido recopilar sus primeras obras, las que lo formaron como autor , de las que coge inspiración de libros, películas y de Disney para el estilo de dibujo.

La primera de las obras que recoge este tomo es La nueva isla del tesoro, publicada en el ya lejano 1947, basado , con muchas licencias en la novela homónima, viviremos las aventuras del jovencito Pete y el capitán del barco en el que viaja, junto a un perro al que acaba de rescatar cuando quedan varados en una isla de la que se dice que hay un gran tesoro, todo ello mientras son perseguidos por una banda de piratas, que también quieren hacerse con el preciado tesoro. Cogiendo pinceladas de la novela, de películas Disney y de otras vertientes, Tezuka crea aquí una obra bastante simple que contiene al final un mensaje algo más realista de lo que cabria esperar en una época y con un estilo narrativo y de dibujo más enfocado para el público infantil, algo que sorprendería a los lectores aquellos años pero que sigue sorprendiendo hoy en día.

Continuamos con Lost World, publicada en el año 1948 y que toma prestado el título de otra obra literaria, pese a que ahí terminan los parecidos. Tezuka nos empezaba a presentar aquí elementos recurrentes en su obra, como científicos, laboratorios o investigaciones, que pegadas en parte a la realidad de su época, terminaban con la fantasía de otros planetas. Precisamente ahí se encuentra la división, con una primera parte que culmina en un viaje en cohete a un «Mundo Perdido», donde encontraremos tribus animales e incluso dinosaurios. Una obra que mantiene la simpleza de la anterior pero donde podemos ver la evolución del autor.

Pasamos a la siguiente obra, mucho más interesante para el lector, Metropólis, que pese a que se rumorea que está basada en la película del mismo nombre, pero que Tezuka asegura que solo había visto una imagen estática de la misma. En Metrópolis vemos una evolución notable de la forma de narrar la historia, donde un científico se pregunta porque desaparecieron los dinosaurios, y si algún día el ser humano llegaría a la cúspide de la evolución hasta llegar a un límite y extinguirse también. Todo ello en una ambientación futurista donde los hombres conviven con los robots. Veremos aquí críticas sociales muy claras como la diferenciación de las clases sociales, la ética de la ciencia y temas que en la época nadie había tocado y que aunque ahora parezcan inocentes, en el año 1949 supusieron toda una revolución.

Next World es el siguiente manga que encontramos en el tomo, publicado entre el año 1951 y 1952. Compuesto de dos partes, es la obra más larga del tomo y retrataba, a modo de sátira, la situación política de la época, en plena guerra fría, representando a Estados Unidos como La Nación de las Estrellas y a la Unión Soviética como Federación de Uran. Aquí veremos la carrera armamentística de ambos territorios con pruebas atómicas que resultarán en la creación de una raza de animales mutantes, con poderes psíquicos y mucho más inteligentes que nosotros, que tratarán de hacer que las almas de cada especie evacuen el planeta, ya que esta carrera armamentística ha provocado la inminente aparición de una nube tóxica que acabará con todo ser vivo en el planeta.

Como vemos todas estas obras de una manera u otra reflejan los inicios y evolución de Tezuka, desde obras más simples a otras algo más complejas ( sin llegar al nivel de los mangas posteriores), siempre con alguna clase de crítica social velada en unas tramas repletas de humor, referencias y un estilo de dibujo que nos recuerda al Disney de esos años, con personajes simpaticones que a veces se reciclan ( a nivel de diseño) entre una historia y otra.

Pero no solo eso, Planeta Cómic también recopila en este tomo el espacio titulado, diario de mi debut, donde Osamu Tezuka recopiló sus entradas en su diario personal durante el proceso de creación de su obra, así podremos conocer prácticamente el día a día del creador así como los diferentes estímulos que recibía mientras creaba la misma.

Todo ello termina con varios epílogos del propio autor, donde explica cada una de sus obras, su intención con ella y encontramos también notas del traductor, para conocer más a fondo cada una de estas historias, algo que agradará al que busque conocer los orígenes del autor e incluso del manga como tal.

La editorial nos presenta todo esto en un enorme tomo de tapa dura conformado por 932 páginas con una calidad de impresión bastante buena y que pese a que puede hacerse algo incomodo de leer por su tamaño y su peso, nos parece de bastante calidad , donde cada viñeta representa fielmente el trabajo original y la traducción no presenta ningún problema destacable.

Conclusión

Sin duda la antología de Osamu Tezuka es un imprescindible para cualquier amante del manga, ya que es historia del mismo. Con unas historias que pueden parecer a priori algo infantiles y un dibujo que puede no ser del agrado del lector actual , como decíamos anteriormente hará las delicias del lector de manga que busca no solo la novedad, si no conocer las raíces del mismo así como a los autores que han provocado que a día de hoy, este género sea reconocido mundialmente.

Esperamos que Planeta Cómic se anime a realizar otras antologías de otros mangakas , ya que es la mejor forma de recopilar las obras más desconocidas e incluso inéditas en nuestro país de los mismos.